domingo, 22 de diciembre de 2024

Informe auditoría y consultoría: planificación de lo imprevisible

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Los jugadores están en pleno proceso de reinvención, en medio de la más drástica transformación individual, social y corporativa de la que se tenga memoria.

Esta transformación digital que nos ocupa, es un proceso iniciado bastante antes del comienzo de la pandemia por Covid19.

Pero lo que estamos viviendo, a partir del inicio de la pandemia, es un proceso de aceleración extraordinario en la adopción de las transformaciones que nos proponían las nuevas tecnologías.

Efecto o consecuencia, casi todas las actividades económicas han visto cuestionados sus tradicionales modelos de negocio. Hubo que hacerles cambios sustanciales. Este es, tal vez, el aporte más relevante que estas firmas auditoras y consultoras hicieron por sus clientes durante el último año.

Los clientes se vieron favorecidos por la temprana experiencia en estos procesos, que se pudieron transmitir con toda celeridad. Fue un tránsito hacia modelos digitales, con cambios no sólo tecnológicos, sino principalmente en la gestión de sus recursos humanos.

Algo excepcional de este proceso transformador que ha permitido la transmisión de conocimiento y experiencia a empresas sorprendidas por la velocidad de la disrupción.

Temas centrales planteados

Los grandes interrogantes aparecieron como un vendaval. Apenas habían logrado estas firmas auditoras y consultoras entrar en materia, cuando debieron sistematizar su experiencia y conocimiento en beneficio de sus clientes, de ayudarlos a entender y a actuar en consonancia.

Entre las grandes preguntas aparecieron:

¿Cómo se traslada la experiencia a los clientes para que también puedan aplicar la más drástica transformación en sus negocios?

¿Se está viviendo el fin de la gestión tradicional?

¿Cuáles serán básicamente las transformaciones y los lineamientos principales del nuevo modelo que asoma?

El signo de la era parece ser la permanente disrupción tecnológica, con su tremenda incidencia sobre la sociedad y la economía global. ¿Se mantendrá esa relevancia de la disrupción?

¿Se avizoran cambios significativos en el comportamiento y preferencia de los clientes?

¿Cuál será el rol corporativo en la sociedad tras los cambios que se produzcan en las ideas dominantes?

¿Que recomiendan a sus clientes en materia del gerenciamiento de los recursos humanos, de cómo detectar talento y de cómo mantenerlo?

¿Cómo ayudan en la planificación de la incertidumbre?

¿Cómo acelerar el proceso de la transformación digital de los clientes?

A partir de ahora: ¿cómo hay que reinventar la empresa, las relaciones humanas, y cuáles son los criterios de management que tendrán vigencia reemplazando todas las teorías conocidas?

Un tema central será la ciberseguridad. ¿Cómo se prepara la empresa y cómo ellas preparan a sus clientes para actuar en este campo?

¿Qué recomiendan a sus clientes para actuar dentro del nuevo marco conceptual de ESG (Ambiente, sociedad y gobernanza, según la traducción de la sigla al castellano)?

El horizonte de la actividad

En estos últimos meses, estas firmas han vivido un crecimiento en servicios de consultoría, sin precedentes en el pasado. Un escenario que parece que continuará así en los próximos años, potenciado por la transformación digital, pero también debido a la aplicación práctica de las tecnologías emergentes.

Lo extraordinario de la aceleración de la transformación vivida en estos últimos meses, es que todos han experimentados los cambios, y esa experiencia es lo que modifica de manera permanente los comportamientos humanos.

La velocidad de la información y la obtención y análisis de datos para su aplicación real es lo que va a cambiar definitivamente los modelos de negocio de muchas actividades. Ello implicará nuevos desafíos y riesgos sobre los cuales habrá que construir los procesos de negocios y compliance para los próximos años.

La disrupción digital impacta radicalmente en el panorama empresarial reemplazando creencias y prácticas comerciales que se vienen repitiendo desde hace más de un siglo. No caben dudas de que estamos viviendo un punto de inflexión en el mundo, que hay un antes y un después de la pandemia.

Transformación veloz

En este contexto cambiante y lleno de incertidumbres la transformación empresarial debe ser rápida y ágil para poder adaptarse a la nueva realidad de los negocios. Y la clave del éxito digital estará en concentrarse en todos aquellos temas que puedan hacer diferente a la empresa en el mercado y, básicamente, con su competencia; comprender claramente cómo estas tecnologías impactan positivamente en el negocio, en los cambios de los modelos operativos y en la gestión diaria.

Hay que estar más atento a la gestión y analizar en conjunto los cambios de dirección que posibiliten una mejora concreta y sustentable para que puedan identificar, desarrollar y ejecutar soluciones prácticas mediante las cuales puedan impulsar su crecimiento y optimizar su competitividad. Y no hay que perder de vista el impacto que tiene la transformación tecnológica en las personas, en los equipos de trabajo. De allí la importancia de vincular la gestión del cambio.

La sofisticación de la economía conlleva la aparición de nuevos negocios y nuevas formas de hacer transacciones que deben ser auditadas y asesoradas como, por ejemplo, las Fintech y los negocios relacionados al e-commerce.

Es imposible avanzar en este territorio si no se jerarquiza y se pone en el centro de la agenda de gestión los temas medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) que permiten construir legitimidad desde el compromiso dentro la organización hacia una sociedad.

La tecnología, fundamentalmente el big data, permite procesar grandes volúmenes de datos para predecir acontecimientos, anticipar hechos.

Hacer uso de dichas herramientas va a posibilitar tomar decisiones más inteligentes sobre un sinfín de actividades, pero sobre la base de la estadística, no de la clarividencia.

Cambio de paradigma

Hay un cambio de paradigma universal donde la obtención de utilidades pierde legitimidad si es a costo de dañar la comunidad o el medio ambiente. Esto hace que los líderes corporativos comiencen a mirar aspectos con un horizonte más amplio que el restringido a la mejora de la productividad y la distribución de dividendos.

Está claro que ya no sirven estrategias pensadas en otras latitudes, en el caso de multinacionales (tanto para las que establecen estrategias en el exterior para ser aplicadas en el mercado local como aquellas argentinas que tienen subsidiarias en el exterior). Hay una sensación de supervivencia y las resoluciones que están tomando ciertas sociedades difieren notablemente de las mismas resoluciones que se llevan a cabo en mercados vecinos.

El gerenciamiento del talento es clave. Las empresas, por más que sean de capital intensivo, tienen al capital humano como valor esencial. Lamentablemente los estados contables no exteriorizan el talento como un activo siendo el que, en definitiva, define la forma en que serán gestionados todo el resto de los activos de la empresa.

Los constantes cambios del mundo digital están obligando a transformar la mentalidad de los líderes empresarios de negocios tradicionales o consolidados, ya que están afectando su negocio, sector e industria. Si la dirección no está involucrada y comprometida con el nuevo mundo digital, todo cambio o mejora de su negocio va a ser más lento y costoso en el tiempo.

El mundo de la tecnología, los procesos y la información actualizada y precisa para tomar decisiones van más rápido que la capacidad del management para comprenderlos y lograr transformar disruptivamente los modelos de negocios a fin de seguir siendo competitivos, productivos y rentables.

Pero el factor humano, las personas, son las que hacen posible y exitosa esa transformación. Aquellas organizaciones donde el management no incluya, ni comprometa a los mandos medios y al staff de la organización en la estrategia de crecimiento de su empresa seguramente estarán o tendrán problemas en el futuro.
Los especialistas de ciberseguridad son claves a la hora de gestionar los negocios, acompañan todo el proceso, desde el inicio hasta el fin de la cadena de valor, generando ambientes seguros en términos de ciberseguridad, desarrollando política internas, capacitando activamente, y generando concientización continua, a equipos de trabajos interno, clientes, socios y proveedores.

Los inversores ponderan cada vez más las acciones de responsabilidad empresarial, y en particular las acciones relacionadas con estos tres pilares: Ambiente, Sociedad y Gobierno Corporativo. La inversión socialmente responsable, es decir aquella que no solo busca rentabilidad con un enfoque tradicional, tiene cada vez mayor relevancia dentro de los parámetros analizados por los inversores.

Esto es así, dado que es inviable pensar en economía sin medio ambiente. Los inversores o fondos de inversión socialmente responsables analizan retornos de inversión de la forma tradicional, es decir en términos netamente financieros, pero adicionan al análisis criterios ESG que hacen sustentable a la inversión en el tiempo.

(Publicado originariamente en la versión impresa de Mercado.)

 

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