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El grupo de trabajo a las órdenes del presidente Barack Obama estuvo varios días reuniéndose con ejecutivos de la compañía en Detroit y Washington. Los contactos prosiguen esta semana, mientras se acelera la alianza Chrysler-Fiat.</p>
<p>El objetivo consiste en armar, en siete semanas, una convocatoria según el título XI de la ley para concursos y quiebras. General Motors ha recibido US$ 13.400 millones en asistencia estatal. Ahora, Frederick Henderson –reemplazante del despedido Richard Wagoner- insiste en que una restructuración –sin llegar a la bancarrota- puede calafatear imagen y ventas. </p>
<p>Entretanto, se definen los pasos tendientes a que el pedido de quiebra esté ante la justicia el 1º de junio. Eso si no se logra un acuerdo con los bonistas para canjear deudas por US$ 28.000 millones en acciones. También es preciso pactar con United Automobile Workers. Obama, que contó con el apoyo electoral de los gremios industriales, no aceptará fórmulas que perjudiquen a trabajadores y jubilados.</p>
<p>Un esquema alternativo contempla crear una empresa que se quede con los “activos buenos” en cartera de GM. Los activos “indeseables” formarán parte de la “vieja” GM y se liquidarán en algunos años. Pero ello exige ir primero a la quiebra y, además, incluir en el paquete los costos de atención médica al personal. No es fácil que el gobierno acepte esto.<br />
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GM: en Detroit hablan de una cirugía mayor
El departamento federal de hacienda dispuso que General Motors cree las condiciones de una quiebra negociada de ahora al 29 de mayo. Esta drástica medida quirúrgica no para mientes en que la empresa asegura reorganizarse sin llegar a ese extremo.