Desde su creación hace 44 años glencore se ha convertido en la más grande empresa privada dedicada a la compraventa y producción de materias primas y alimentos del mundo. Pero con eso le llegó la notoriedad y hace muy poco el Departamento de Justicia de Estados Unidos le inició una investigación por cobro de sobornos y corrupción qe algunos creen obligará al grupo suizo a cambiar su modelo de negocios.
Además de ser una importante minera, es una intermediaria que mueve millones de toneladas de commodities por el mundo, conectando a los proveedores de materias primas – casi siempre de países en desarrollo – con los consumidores en países ricos y de gran crecimiento obteniendo de paso una pequeña tajada de ganancia sobre grandes volúmenes. Pero lo que distingue a Glencore de otras como ella es su apetito por el riesgo, a veces empujando los límites de lo que está permitido en la moderna economía global.
Su multimillonario CEO Ivan Glasenberg, el gran responsable de expandir las operaciones a 50 países, está dispuesto a ir donde otros no se animan. Eso incluye a algunos de lsos países más pobres y más corruptos del mundo.
Glencore abre minas y encuentra petróleo y gas en los lugares más peligroso y asume la responsabilidad de hacer frente a los riesgos políticos y a la volatilidad inherente a los países en desarrollo. Esa manera de hacer negocios hizo ricos a mucha gente en los países más pobres pero también puso a la compañía en el ojo de lsos reguladores. El Departamento de Justicia le acaba de solicitar que presente documentos y registros relacionados con posibles casos de corrupción y lavado de dinero en Nigeria, Venezuela y República Democrática del Congo durante más de diez años.
La compañía también podría ser objeto de monitoreo de sus actividades por parte de funcionarios de gobierno que le limitaría su capacidad para hacer negocios en algunas partes del mundo. También enfrente el posible pago de multas o hasta condenas penales.