GE apuesta a la producción local

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Aunque el trabajo barato definió la última década en términos de
producción, en el futuro será la tecnología la que ayude a reducir los
costos. Las empresas están entiendo el valor de invertir en desarrollo
ligado a la manufactura.

Electric decidió, el año pasado, ser como el salmón y fue contra la corriente. En vez de seguir tercerizando su producción en el exterior invirtió en la expansión en su planta de Kentucky. Dio como razón la posibilidad de estar más cerca de sus clientes y la reducción de beneficios para los trabajadores pero en realidad  el cambio está más relacionado con traer su producción cerca de los ingenieros de su equipo de desarrollo.

Es un momento histórico particular: la velocidad para llegar al mercado es clave y separar al equipo de desarrollo de la producción se ve ahora como un error. Ahora, si una persona de GE tiene una idea para un nuevo lavavajillas podrá construirlo sin muchos pasos intermedios.

Ya no tiene tanta importancia comercial llevar la producción a un país lejano con sueldos bajos. A principios del siglo 21 los salarios en China eran solo 3% de los del trabajador promedio de Estados Unidos; US$ 0,58 por hora. Entonces sí tenía sentido mover toda la producción: ¿por qué invertir en máquinas para construir un teléfono si era más barato contratar a un ser humano para hacerlo? Las mejoras en tecnología hicieron que coordinar estos movimientos entre continentes fuese, además, más sencillo.

Como resultado, Estados Unidos perdió seis millones de puestos de trabajo, 33% de su fuerza laboral, entre 2000 y 2010. Las consecuencias fueron más lejos que un simple reacomodamiento de las fuerzas macroeconómicas: fue un experimento en desindustrialización que culminó con pérdida de innovación porque es difícil separar el equipo de desarrollo de la producción sin que se resienta. Sin entender los detalles de cómo se produce un bien poco se podrá diseñar para ser más competitivos.

Esta necesidad se ha hecho carne en muchas empresas, como GE. Un poco por decisión propia y otro poco por las circunstancias. Los salarios en el exterior han ido ganado terreno y hoy el promedio es de US$ 6 la hora en los países asiáticos, igual que en México. Las ventajas de producir en China podrían disolverse totalmente hacia 2015, especialmente por el aumento en el precio de los combustibles, por lo que es hora de “rearmarseâ€.

La clave para las empresas –promovida también por la Casa Blanca- es invertir en avances tecnológicos y en innovación productiva. En este sentido hay ventajas que pueden aprovecharse: simulación y diseño digital, análisis de Big Data y nanotecnología. Si el costo del trabajo ya no es un diferencial, ¿podrá serlo la tecnología?

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