<p>La nueva oferta de Kraft Foods fue sorpresivamente recomendada por el directorio de la británica Cadbury-Schweppes. Horas antes, todavía circulaba la segunda propuesta de Hershey’s, rival estadounidense de la triunfadora.<br />
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Aparte de unos US$ 19.500 millones (11,5% sobre la cifra inicial), los accionistas de la adquirida tendrán derecho a un dividendo extraordinario de diez centavos por papel. Así señala Kraft en una declaración oficial. <br />
Por ende, la compradora ofrece 500 peniques (cinco libras o US$ 8,20)) en efectivo más 0,1874 en acciones nuevas. En adelante, naturalmente, se manejará todo en dólares y sin tantos dígitos tras la coma decimal, un anacronismo londinense.<br />
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Sin mucho entusiasmo, Roger Carr, director ejecutivo de Cadbury-Schweppes, señaló que la oferta era atractiva. Aunque su aceptación lo envíe al retiro y, como decía días atrás Mandelson, implique “la “desnacionalización de una marca tradicional”. <br />
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Irene Rosenfeld, directora de Kraft Foods, creará ahora una compañía por unos US$ 50.000 millones anuales. Su cartera de marcas incorpora los chicles Trident, bombones Creme Eggs y Oreo, chocolate Toblerone y jugos en polvo Tang. La oferta final equivale a trece veces los ingresos brutos de 2009.<br />
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Finalmente, Kraft Foods se queda con Cadbury-Schweppes
Bastaron 840 peniques (centavos, vale decir ₤ 8,40) por acción para que el gigante estadounidense le ganase la guerra a Peter Mandelson. El antes ortodoxo funcionario quería acabar con tomas hostiles por parte de extranjeros.