Umberto Agnelli y Giuseppe Morchio, presidente del directorio y administrador delegado (CEO) del “Lingotto” llevan a Detroit una propuesta que, según trascendió en Turín, incluye la conversión o capitalización del crédito por € 3.000 millones otorgado, en marzo, por un grupo de bancos italianos. Ello exige que GM acepte colocar € 1.000 millones en la división Fiat Auto, que se añadiría a los € 2.400 millones con los cuales GM tomó en 2000 un quinto de esa unidad más la opción de comprar el resto entre 2004 y 2008.
En último análisis, el problema básico del grupo Fiat SpA y la cadena de holdings que representan a la familia Agnelli consiste en una estrategia financiera para replantear el negocio histórico. Vale decir, automóviles, camiones y maquinaria agrícola, conjunto que contiene marcas como Fiat misma, Lancia, Ferrari, Lafa Romeo, Iveco, Arale, etc. Por supuesto, Agnelli y Morchio saben que no podrán exigir a GM ejercer su opción si, dentro de un año, el grupo sigue en problemas y Fiat Auto no ha salido del rojo. Además, los italianos ya no quieren desprenderse del negocio automotor. Pero, a diferencia del “plan Colannino” (presentado en diciembre a instancias de Silvio Berlusconi), la idea es contar con asistencia de GM.
Por ende, lo que se busca es convertir la opción de compra en una participación para recapitalizar de Fiat Auto, vía el grupo mismo. Teniendo en cuenta la deuda con los bancos, la suma global rondaría los € 5.000 millones y aquellos mil millones que se gestionarán en Detroit son exactamente 20% de la “operación relanzamiento”. Según analistas alemanes y británicos, Wagoner tendría un motivo también estratégico: ampliar sus bases europeas para frenar la penetración de Toyota en toda la zona.
Umberto Agnelli y Giuseppe Morchio, presidente del directorio y administrador delegado (CEO) del “Lingotto” llevan a Detroit una propuesta que, según trascendió en Turín, incluye la conversión o capitalización del crédito por € 3.000 millones otorgado, en marzo, por un grupo de bancos italianos. Ello exige que GM acepte colocar € 1.000 millones en la división Fiat Auto, que se añadiría a los € 2.400 millones con los cuales GM tomó en 2000 un quinto de esa unidad más la opción de comprar el resto entre 2004 y 2008.
En último análisis, el problema básico del grupo Fiat SpA y la cadena de holdings que representan a la familia Agnelli consiste en una estrategia financiera para replantear el negocio histórico. Vale decir, automóviles, camiones y maquinaria agrícola, conjunto que contiene marcas como Fiat misma, Lancia, Ferrari, Lafa Romeo, Iveco, Arale, etc. Por supuesto, Agnelli y Morchio saben que no podrán exigir a GM ejercer su opción si, dentro de un año, el grupo sigue en problemas y Fiat Auto no ha salido del rojo. Además, los italianos ya no quieren desprenderse del negocio automotor. Pero, a diferencia del “plan Colannino” (presentado en diciembre a instancias de Silvio Berlusconi), la idea es contar con asistencia de GM.
Por ende, lo que se busca es convertir la opción de compra en una participación para recapitalizar de Fiat Auto, vía el grupo mismo. Teniendo en cuenta la deuda con los bancos, la suma global rondaría los € 5.000 millones y aquellos mil millones que se gestionarán en Detroit son exactamente 20% de la “operación relanzamiento”. Según analistas alemanes y británicos, Wagoner tendría un motivo también estratégico: ampliar sus bases europeas para frenar la penetración de Toyota en toda la zona.