Pero casi 30% de esos gastos se incurrirán una vez que el tribunal de bancarrotas haya aprobado el plan de reestructuración. Este programa es la exigencia clave que impone el título XI de la ley federal para concursos y quiebras.
Las estimaciones provienen de la compañía y subrayan tanto la complejidad de la convocatoria cuanto las ganancias que sacan letrados y otros expertos en la materia. El monto afrontado por Enron no es excepcional, aunque sí lo sea la duración del concurso. Por cierto, los de la ex WorldCom, Global Crossing, Adelphia y similares sobrepasan las cifras tejanas.
Es más: para Evelyn Biary, jefe del departamento bancarrotas en Fulbright & Jaworski (estudio con oficinas en Houston y Nueva York), “no debiera sorprender que los costos legales sigan subiendo una vez aceptado el plan de reorganización. Casos como éste son en extremo complejos”.
Pero casi 30% de esos gastos se incurrirán una vez que el tribunal de bancarrotas haya aprobado el plan de reestructuración. Este programa es la exigencia clave que impone el título XI de la ley federal para concursos y quiebras.
Las estimaciones provienen de la compañía y subrayan tanto la complejidad de la convocatoria cuanto las ganancias que sacan letrados y otros expertos en la materia. El monto afrontado por Enron no es excepcional, aunque sí lo sea la duración del concurso. Por cierto, los de la ex WorldCom, Global Crossing, Adelphia y similares sobrepasan las cifras tejanas.
Es más: para Evelyn Biary, jefe del departamento bancarrotas en Fulbright & Jaworski (estudio con oficinas en Houston y Nueva York), “no debiera sorprender que los costos legales sigan subiendo una vez aceptado el plan de reorganización. Casos como éste son en extremo complejos”.