viernes, 29 de noviembre de 2024

En Tokio ya hay un debate en torno del efecto Sony

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¿Es posible que los inversores japoneses ya no crean en Sony? Por de pronto, las exiguas ganancias del ejercicio 2002 –cerrado el 31 de marzo- derribaron sus acciones 27% en dos ruedas esta semana. Ahora, se habla de un efecto contagioso.

La capitalización bursátil de Sony, mayor fabricante mundial de productos electrónicos, perdió de golpe unos US$ 7.600 millones, o sea casi 27% de los 282.000 millones a fin de marzo. El lunes, en efecto, la firma había difundido cifras preliminares del balance 2002 (abril de ese año a marzo último). El impacto en plaza llevó el Nikkei 225, índice clave, a ¥ 7.608, piso en más de veinte años (pero, en 1983, el dólar estaba a ¥ 200, no a 120). Aun cuando se trate de proyecciones, las utilidades -apenas US$ 418 millones- representan apenas la mitad de lo ganado en el ejercicio 2001. Además, son sólo un tercio de las anticipadas por los analistas del mercado, que ahora quedan muy expuestos a la crítica de inversores, accionistas y medios. Entretanto, los directivos de Sony discuten desde el miércoles medidas tendientes a recobrar la confianza del público más que la rentabilidad, pues -según opinaba Taiyo Daido Asset Management, una fondo de primera magnitud- “hay temores de que Sony haya perdido el rumbo”.

“Debemos apresurarnos y poner en marcha áreas e iniciativas que nos saquen del marasmo”, confesó Teruhisa Tokunaka, director estratégico de la compañía. “Este sacudón exige reacciones inmediatas y, de ser preciso, cambios drásticos”, señalaban allegados a Erik Svanberg, CEO de Ericsson, firma sueca asociada a Sony en un ambicioso proyecto inalámbrico.

Según Tokunaka, podrían adelantarse los lanzamientos de la consola de juegos PlayStation 3 y otros productos. Entre ellos, los celulares incluidos en el acuerdo con Ericsson, orientados a competir con Nokia y otras marcas en el mundo. Además, habrá una reorganización interna, pues “la empresa necesita mejorar el intercambio de datos entre fábrica, estrategia de producto, ventas y marketing”, admitió Takao Yuhara, director financiero.

La capitalización bursátil de Sony, mayor fabricante mundial de productos electrónicos, perdió de golpe unos US$ 7.600 millones, o sea casi 27% de los 282.000 millones a fin de marzo. El lunes, en efecto, la firma había difundido cifras preliminares del balance 2002 (abril de ese año a marzo último). El impacto en plaza llevó el Nikkei 225, índice clave, a ¥ 7.608, piso en más de veinte años (pero, en 1983, el dólar estaba a ¥ 200, no a 120). Aun cuando se trate de proyecciones, las utilidades -apenas US$ 418 millones- representan apenas la mitad de lo ganado en el ejercicio 2001. Además, son sólo un tercio de las anticipadas por los analistas del mercado, que ahora quedan muy expuestos a la crítica de inversores, accionistas y medios. Entretanto, los directivos de Sony discuten desde el miércoles medidas tendientes a recobrar la confianza del público más que la rentabilidad, pues -según opinaba Taiyo Daido Asset Management, una fondo de primera magnitud- “hay temores de que Sony haya perdido el rumbo”.

“Debemos apresurarnos y poner en marcha áreas e iniciativas que nos saquen del marasmo”, confesó Teruhisa Tokunaka, director estratégico de la compañía. “Este sacudón exige reacciones inmediatas y, de ser preciso, cambios drásticos”, señalaban allegados a Erik Svanberg, CEO de Ericsson, firma sueca asociada a Sony en un ambicioso proyecto inalámbrico.

Según Tokunaka, podrían adelantarse los lanzamientos de la consola de juegos PlayStation 3 y otros productos. Entre ellos, los celulares incluidos en el acuerdo con Ericsson, orientados a competir con Nokia y otras marcas en el mundo. Además, habrá una reorganización interna, pues “la empresa necesita mejorar el intercambio de datos entre fábrica, estrategia de producto, ventas y marketing”, admitió Takao Yuhara, director financiero.

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