BAE Systems, el gran grupo británico de defensa que desde hace medio siglo ensambla aviones militares en el noroeste inglés, ha creado en Warton, Lancashire, “la fábrica del futuro” para experimentar con robots y técnicas avanzadas de fabricación con miras a crear las estructuras para el Tempest, un avión de combate para la Royal Air Force.
El proyecto todavía es un concepto pero el desafío para las compañías involucradas — Rolls Royce, la rama británica de la italiana Leonardo, Siemens engineering y muchos otros – es desarrollar y construir un avión caza en casi la mitad del tiempo de los programas anteriores.
Para lograr ese objetivo debe implementar un cambio radical en el diseño y fabricación de los aviones caza, dice Dave Holmes al Financial Times, director de tecnología y manufactura de BAE. Es fundamental aumentar el nivel de automatización. “La utilización de un ‘hilo digital’ desde la fase de concepto de ingeniería hasta la manufactura va a brindar datos en tiempo real y visibilidad a medida que avanza el trabajo”, explica.
Los ingenieros están a punto de completar un modelo demostrativo del fuselaje frontal del avión usando nueva tecnología robótica. BAE y sus socios usaron robots estándar pero con una precisión diez veces superior a los anteriores para ayudar a construir el prototipo. “Una vez completado, el fuselaje frontal marcará un hito importante”, dijo Holmes.
La fábrica de BAE es un ejemplo más de los esfuerzos que se realizan en todo el mundo por imaginar cómo va a ser la fábrica del futuro. Ya sea que implique utilizar robótica o impresión en 3D, la meta es aumentar la eficiencia de los procesos, que utilicen menos energía y que sean menos costosos.