El comité editorial del diario New York Times publicó hoy una columna reclamando que se proceda con las compañías farmacéuticas de la misma forma que hace un cuarto de siglo se procedió con las tabacaleras.
Hace 25 años el Congreso nacional citó a los directivos de las siete tabacaleras más grandes del país y los obligó a admitir algunas verdades sobre los cigarrillos: que pueden provocar cáncer y enfermedad coronaria y que habían suprimido evidencia de su potencial adictivo. La audiencia fue considerada una victoria para la salud pública norteamericana.
Ahora que hay siete ejecutivos farmacéuticos citados a comparecer el martes ante la Comisión de Finanzas del Senado es de esperar, dice el diario, un momento como aquel pero referido a los precios de los medicamentos recetados. Como sus predecesores en la industria del tabaco los fabricantes de remedios darán testimonio en un momento de furia generalizada con la industria.
Los precios han llegado a un nivel difícil de justificar. Una ampolla de insulina que hace diez años costaba menos de US$ 200 ahora se vende a casi US$ 1.500. Y los precios de los medicamentos – para tratar el cáncer, la presión, las alergias, etc – han subido tanto que el consumidor promedio los está racionando. Ni siquiera los expertos parecen saber cómo se fijan esos precios ni por qué siguen subiendo.
Las explicaciones que da la industria – que la responsabilidad la tiene todo el sistema de salud del país y que sus productos son caros y riesgosos de hacer – son difíciles de digerir dadas las descomunales ganancias de las compañías.
Es por todo esto que el New York Times sugiere a la comisión senatorial que haga a los ejecutivos las siguientes preguntas:
¿Cómo determinan la lista de precios para los medicamentos?
¿Quién decide los factores a incluir en la fórmula del precio y por qué esas fórmulas no pueden ser públicas? Los senadores deberían también preguntar a Olivier Brandicourt, CEO de Sanofi — único gran productor de insulina que participa en la audiencia – por qué el costo de la insulina sigue subiendo año a año puesto que la droga existe desde hace un siglo y en muchos casos goza de la protección de patentes.
¿Cuál es un margen justo de ganancias por productos que salvan vidas?
Un lamento frecuente entre los ejecutivos farmacéuticos ha sido que sin ganancias suficientes por una droga no pueden hacer la siguiente. Sin embargo, muchas de las grandes compañías tienen miles de millones de ganancias puras aunque muchas vidas corren peligro por falta de medicación básica. El congreso debería poner un tope a ciertos medicamentos.
¿Cuánto gastan en investigación y desarrollo y adónde va ese dinero?
Siempre han argumentado que los precios son altos porque la investigación y desarrollo son caros y porque una droga exitosa viene precedida por muchos fracasos. Pero los críticos hacen notar que gran parte de la investigación básica es financiada por el gobierno federal a través de los National Institutes of Health y no por las farmacéuticas.
¿Por qué una droga cualquiera necesita más de 100 patentes?
La protección de la patente permite a los fabricantes recuperar el dinero que gastaron en desarrollar el nuevo producto. Pero ellos burlan el sistema solicitando docenas de patentes por pequeñas modificaciones técnicas que brindan escasas ventajas clínicas. Y así, eluden la competencia durante muchos más años.