De todas las firmas que posee SpaceX es la única que da ganancias. Tesla es una máquina de tragar inversiones. La producción del Model 3, el nuevo auto eléctrico relativamente económico, va a requerir enormes inversiones.
SolarCity, la compañía que instala sistemas solares fotovoltaicos, genera poca o ninguna ganancia. Se calcula que cuando finalice 2016 Musk habrá consumido en ese lapso US$ 2.300 millones y ya tiene una deuda de US$ 2.000 millones.
The Economist se pregunta si no será válida la comparación con Ãcaro, aquel personaje mitológico que soñando llegar al sol voló tan alto y se acercó tanto al calor de la estrella que sus alas se derritieron y cayó a la tierra.
Musk no tiene problemas financieros por ahora, pero si el grupo sigue invirtiendo como hasta ahora, muchos observadores creen que se verá en aprietos en el mediano plazo. La alternativa sería reducir los planes de inversión, pero eso afectaría las acciones de Tesla en Wall Street, que dependen de un futuro de éxitos.
El pronóstico que hacen muchos inversores es que Tesla conseguirá ingresos con la rapidez de Google, Amazon y Apple en los momentos de sus respectivos apogeos. Pero podría ocurrir que las frágiles finanzas de todo el grupo que posee Elon Musk lo obliguen a contener un poco sus ambiciones. Si eso ocurre, muchos inversores podrían salir magullados.