Muchos tratan de explicarlo porque trabaja 85 horas a la semana o porque tiene la capacidad de imaginar el futuro o porque es extraordinariamente resiliente.
Pero mucha gente reúne esas habilidades. Algo diferente tiene que haber en él. Por lo general se dice que para ser excelente en algo hay que concentrarse en una sola cosa. Musk no obedece esa regla. Se especializa en misiles, en ingeniería, en física, en inteligencia artificial y en energía solar.
Es, por lo tanto, un “experto generalista”.
Según su hermano, desde su temprana adolescencia leía dos libros completos de diferentes disciplinas por día . Para poner eso en perspectiva, quiere decir que si una persona le un libro por mes, en ese lapso Musk leería 60 libros.
Al principio leía ciencia ficción, filosofía, religión , programación, biografías de científicos, ingenieros y emprendedores. A medida que fue creciendo sus intereses de lectura se expandieron a física, ingeniería, diseño de productos , negocios, tecnología y energía. Su sed de conocimientos lo expuso a materias que no necesariamente se ven en el colegio.
Musk es además muy bueno en un tipo específico de aprendizaje que mucha gente ni siquiera sabe que existe: transferencia de aprendizaje.
Transferencia de aprendizaje es tomar lo que uno aprende en un contexto y aplicarlo a otro. Puede ser tomar el núcleo de lo que aprendemos en el colegio o en un libro y aplicarlo al “mundo real”. También puede ser tomar lo que aplicamos en una industria y aplicarlo a otra.
Es aquí donde él brilla. Primero deconstruye el conocimiento en principios fundamentales. Luego, reconstruye los principios fundamentales en campos nuevos. O sea, no hay nada de magia. Es, simplemente, el proceso correcto de aprendizaje.
Así se comienza a entender por qué se ha convertido en un “experto generalista” de clase mundial:
Pasó muchos años leyendo 60 veces más que un ávido lector. Leyó una amplia variedad de disciplinas diferentes. Aplicó constantemente lo que aprendió deconstruyendo ideas en sus principios fundamentales y reconstruyéndoles en formas nuevas.
De todo esto, lo que se puede aprender es que no deberíamos aceptar el dogma de que la especialización es el mejor o el único camino hacia el éxito de una carrera.
Como Elon Musk no hay muchos, pero sus habilidades no son mágicas.