Personas relacionadas directamente con el asunto dicen que los fondos soberanos , los fondos privados y los gerentes de capitales han quedado en un limbo luego de invertir US$ 10.300 millones en Ant International, una subsidiaria del grupo perteneciente a Jack Ma en una recaudación de fondos previa a la OPI en 2018.
Cuando la oferta pública fue impedida a último minuto por Beijing en noviembre, dijeron, esos inversores no obtuvieron ninguna señal clara sobre cuándo se revivirá o cómo será su valuación o su negocio luego de la reestructuración que exigen los reguladores chinos.
Según un acuerdo entre Ant y sus llamados inversores internacionales Clase C, el dinero fue puesto en una subsidiaria offshore que es dueña de nada. Además de no tener derecho a voto, hay muy pocos detalles sobre los términos comerciales del acuerdo. Algunos de esos inversores ahora están haciendo una revisión de la situación que contempla litigar, según un allegado a Ant. Otros dudan de litigar hasta no saber las razones exactas por las que fue impedida la OPI de Ant.
Mientras los inversores internacionales intentan darle sentido a la situación se preguntan por qué China echaría a pique la oferta pública inicial de Ant en el último minuto después de meses de meticulosa preparación.
Además de las nuevas regulaciones para el conglomerado financiero, el gobierno publicó el lunes un estricto borrador de reglas para los préstamos al consumo que requerirían que Ant proporcione al menos el 30% de los fondos para préstamos que suscribe a bancos y otras instituciones financieras.