Salió a la venta el 15 de diciembre en Japón con un precio más o menos equivalente a US$ 62.000; estará en Estados Unidos y Europa a finales de este año. Es probable que el precio en Estados Unidos sea algo inferior, rondando los US$57.000. El auto tiene autonomía de 300 millas, mucho mayor que la mayoría de los eléctricos plug-in. Además se carga con el elemento que más abunda en el mundo y emite sólo calor y agua, ninguno de los gases que provocan smog o contribuyen al calentamiento global.
Según la evaluación que hacen Brian Bremner, Craig Trudell, y Yuki Hagiwara en BloombergBusinessweek, venderlo tiene muchos riesgos. Si bien las células de combustible son una tecnología ya comprobada, dicen, usada por la NASA durante las misiones Apollo en los 60 para generar electricidad y producir agua potable, un mercado masivo para los autos de célula de combustible requerirá grandes inversiones en estaciones de servicio de3 hidrógeno, algo que tal vez no esté muy próximo.
En parte gracias a la misma Toyota, la industria automotriz ha destinado muchísimo dinero a los híbridos, eléctricos y baterías avanzadas con la expectativa de que estas tecnologías dominen la era post-nafta, cuando sea que eso ocurra.