<p>No hace mucho, en 2009, el anuncio de una sociedad entre dos gigantes del sector automotor, Sukuzi y Volkswagen, hizo sonreír a especialistas e inversionistas por igual. El acuerdo era sencillo: la automotriz germana invertiría US$ 2,5 mil millones para adquirir 20% de su contraparte japonesa pero, como parte del trato, tendría que compartir su experiencia en la producción de autos híbridos y motores diesel. Suzuki, por su parte, le enseñaría a los empresarios e ingenieros de VW cómo vender autos chicos y baratos y les daría acceso al creciente mercado Indio a traves de una de sus exitosas subsidiarias, Maruti Suzuki.</p>
<p>Pero la luna de miel duró poco. En julio pasado, el CEO Osamu Suzuki, se quejó en su blog que VW trataba a su compañía como una subsidiaria en vez de un socio en igualdad de condiciones. Se lamentaba también de la poca innovación germana: confesó que todavía ningún ingeniero le había mostrado un prototipo de tecnología avanzada digno de usarse en sus autos. VW fue rápido en su respuesta acusando a Suzuki de romper con el trato al comprar motores diesel de su competidor, Fiat. La semana pasada Suzuki le mandó a VW una carta formal en donde prometía cortar todos los vínculos si VW no cumplía en compartir sus conocimientos técnicos.</p>
<p>¿Tendrá el Suzuki la posibilidad de cumplir con su amenaza? Lo único que se sabe es que si la empresa nipona rompe con el trato, eso dejaría a VW en libertad para armar alianzas con sus competidores en el mercado japonés. Lo más sabio para ambas partes sería tener un divorcio amistoso y devolver las acciones que compraron al momento de crear la alianza. O mejor: que tanto Ferdinand Piech como Martin Winterkorn, los dos jefes de VW, terminen esta pelea con Suzuki e implementen el plan original.</p>
<p>Es que Suzuki no es la única automotriz con la que VW se ha cruzado en el último tiempo en su determinación de conquistar varios mercados. También ha experimentado problemas legales para adquirir Porsche antes de fin de año. El plan B es adquirir 50 % de las acciones que le restan y dejar “vacía” a la empresa Porsche para enfrentar, en nombre solamente, las múltiples acciones legales.</p>
<p>Pero como dice el refrán popular, “una de cal, una de arena”. Otra de las estrategias de negocios de VW es convertirse en el principal productor de camiones de carga. Compró MAN y Scania y pretende funcionarlos para crear una gran división de camiones de carga dentro de la empresa.</p>
<p>Finalmente, detrás de todos estos planes, existe el deseo de dejar atrás a dos de sus más grandes competidores: General Motors y Toyota. Quiere vencerlos en el juego de quién vende más y quién gana más. Las ventas de VW en China están floreciendo, la producción crece en Brasil y la inversión de una nueva planta en Estados Unidos los ayudaría a expandirse en ese competitivo mercado. Las cosas se ven bien hoy para VW pero eso no significa que el camino a la dominación del mercado no sea largo y sinuoso. <br />
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El largo y sinuoso camino de Volkswagen para dominar el mercado
Aunque su acuerdo con la automotriz nipona Suzuki atraviesa momentos de tensión, la adquisición de Porsche y sus acuerdos con empresas de camiones de carga podrían llevar a Volkswagen a dominar el mercado mundial de autos. No será fácil, sin embargo.