Nadie estaba acostumbrado a esto. Desde su primera aparición en 2007 el iPhone fue un producto ganador. Los usuarios hacían cola toda la noche para ser los primeros en tener el último modelo del emblemático teléfono y lo reemplazaban cada dos años aunque el que tuvieran funcionara perfectamente.
La tecnología evolucionaba a pasos de gigantes, Apple se beneficiaba con la planificada obsolescencia de sus aparatos y – lo que es más notable – es que nadie se lo echaba en cara. Las actualizaciones se interpretaban como necesarias…
…hasta ahora. El conflicto comercial entre Washington y Beijing, sumado a la desaceleración de las compras entre los consumidores chinos, indican que la era de oro de las ventas quedó atrás. Apple tendrá que diversificarse si desea volver a vivir la gloria de los últimos años.