Según él, esta masiva transformación tiene dos partes: la tecnológica, que es el pase hacia los sistemas de propulsión eléctricos, y la más complicada, la enorme transformación comercial que consiste en vender directo al consumidor, en buscar la próxima demografía, convertirla en clientes y finalmente seguir interactuando con sus miembros.
Entonces, por lo menos hay dos enormes transformaciones que se producen mientras el mundo va hacia una movilidad libre de carbono. Los nuevos desafíos que deberá afrontar la industria automotriz con lo que Rowan denomina “movilidad de próxima generación” y vendrán desde el software, la electrónica y esa comunicación directa con el cliente.
Lo que va a ocurrir con los automóviles podría compararse con el proceso que se dio cuando pasamos del teléfono celular simple al smartphone. El principio creíamos que seguiríamos haciendo las mismas cosas. Pero luego advertimos que el smartphone nos permitía mucho más que hablar por teléfono. Y así fue como se convirtió en una parte importante de nuestras vidas. Se produjo una transformación.
Lo mismo va a ocurrir con la industria automotriz o, como prefiero llamarlo, con la próxima generación de la industria de la movilidad. Lo que vamos a poder hacer con la movilidad de próxima generación va a ser tremendamente diferente de lo que actualmente hacemos con nuestros autos. Ese es el gran cambio, pero cuando uno está en el medio de una transformación, suele ser difícil de ver.