Al menos 29 personas han muerto en todo el mundo en accidentes con el monopatín eléctrico desde que se popularizó el alquiler de estos vehículos. Casi todas las fatalidades se produjeron a raíz del choque con un auto.
Veintinueve no es un número alto, relativamente. En 2018 hubo más de 36.000 fatalidades con autos solamente en Estados Unidos, según la National Highway Traffic Safety Administration. Los accidentes incluyeron más de 6.000 peatones y 857 ciclistas.
El problema es que el del monopatín es un negocio no regulado. Las compañías que los fabrican, que sostienen que la seguridad es la primera prioridad, han puesto el crecimiento en segundo plano para dedicarse a fabricar vehículos más resistentes y manejar operaciones sustentables. Este foco en seguridad y crecimiento responsable adquiere más importancia ahora que las ciudades se preparan para regular esta naciente industria de la micromovilidad.
Como todavía el negocio es relativamente nuevo y no está regulado no hay buenos sistemas para llevar la cuenta de los accidentes relacionados con ellos.