Este mes de agosto obligaron a cancelar más de 300 vuelos en los aeropuertos de Chicago y Dallas. En julio, ocho vuelos en Denver fueron cancelados y otros 300 demorados debido al humo de los incendios forestales en el noroeste de Estados Unidos. El calor extremo afecto partidas en Las Vegas y Colorado a principios de este verano.
La tendencia es clara: las cancelaciones y demoras debido a problemas climáticos aumentaron en los últimos 20 años en Estados Unidos y Europa. Si bien es difícil conectar una determinada tormenta u ola de calor con el cambio climático, hay estudios científicos que muestran que se volverán más frecuentes o intensos.
Los posibles impactos del cambio climático para la industria aerocomercial son enormes. En el corto plazo, las condiciones de cima intenso presentan un grn problema operativo. Las cancelaciones de vuelos y los vuelos redirigidos suman costos a una industria ya agobiada por las consecuencias de l a pandemia.
En el largo plazo, las aerolíneas creen que los cambiantes patrones de vientos alterarán las rutas de los vuelos y el consumo de combustible.