Chevron está tratando de demostrar la responsabilidad que le cabe al estado ecuatoriano en todo este problema. Los campesinos ecuatorianos intentan que se cumpla un juicio multimillonario que ganaron en su propio país en 2011. Chevron, la compañía norteamericana objeto de ese juicio, jura que jamás pagará un solo centavo por un veredicto que considera una farsa total. Chevron sostiene que al principal abogado del demandante, Steven Donziger de Nueva York, es un extorsionador y que, en todo caso, la compañía no es responsable de la contaminación en cuestión.
Según informa Newsweek esta semana, el juicio se inició en Nueva York en 1993, cuando Donziger y otros abogados presentaron una demanda contra Texaco a nombre de miles de campesinos pobres y miembros de tribus indígenas en el noroeste de ecuador. Luego de nueva largos años de tironeos procesales, Texaco persuadió a las cortes estadounidenses que desestimaran el caso. Chevron, que compró Texaco en 2001, supuso que el problema de responsabilidad en Ecuador había sido resuelto. Supuso mal.
El argumento de Chevron:
Chevron nunca realizó operaciones de producción petrolera en Ecuador. Su subsidiaria Texaco Petroleum Co. (TexPet) sí operó en Ecuador, con una participación minoritaria en sociedad con la petrolera estatal ecuatoriana, Petroecuador, que tenía 62,5%. TexPet se fue del país sudamericano en 1992 y en aquel momento realizó todas las acciones correctivas que correspondían a su participación en la producción petrolera generadora de impactos ambientales. La operación de limpieza, de US$ $40 millones fue certificada por todos los organismos del gobierno de Ecuador responsables de la vigilancia y TexPet recibió la vía libre de los gobiernos nacional, provincial y municipal de Ecuador. Chevron compró TexPet en 2001.
Durante más de 20 años, Petroecuador fue el único propietario de las operaciones que TexPet dejó y las amplió notablemente. La compañía estatal ecuatoriana fue lenta en remediar su participación mayoritaria de los impactos ocurridos con anterioridad a 1992 y amasó un lamentable historial desde aquel momento. De manera que todas las condiciones ambientales que han quedado en la región son de exclusiva responsabilidad legal de Petroecuador, y en diciembre 2011anunció un programa de corrección ambiental que se ocuparía de realizar las limpiezas necesarias.
El gobierno de Ecuador dio su visto bueno a la limpieza y liberó a Texaco de toda responsabilidad, obligación y deuda en 1998.
Después de que Texpet cesara con sus operaciones en Ecuador, según un acuerdo con el país limpió completamente su parte de responsabilidad en los lugares de producción. Los sitios donde realizó la limpieza fueron negociados y aceptados por la República de Ecuador. Una vez finalizada la limpieza, fue certificada por el gobierno y la petrolera estatal Petroecuador. Así, TexPet salió del país con una con un certificado de liberación total emitido por la República de Ecuador de toda responsabilidad ambiental futura.
Esta es la posición que explica que Chevron se haya negado a pagar la multa impuesta por el juzgado ecuatoriano. Demandó a su vez a Donziger y sus clientes en Nueva York, acusando al abogado de ser el autor intelectual de un juicio mentiroso montado sobre pruebas fabricadas, coerción y sobornos. Un juez federal de Nueva York coincidió con la petrolera norteamericana y en marzo 2014 dictaminó que Donziger es responsable según la Ley Contra Organizaciones Corruptas y Estafadoras (Ley RICO según siglas inglesas). Muchos observadores prevén que la estrategia RICO – que convierte al atacado en atacante – se va a convertir en una nueva estrategia para las grandes empresas que se ven ante grandes juicios de dudosa proveniencia.
Ahora Dozinger y los abogados que representan a los campesinos ecuatorianos piden a Canadá que permita a sus clientes acceder a las cortes canadienses para hacer cumplir el juicio ganado en ecuador contra Chevron por daño en las selvas. La audiencia se realiza hoy jueves 11 de diciembre.