A criterio de varios expertos, la apuesta es riesgosa e implica incursionar en una plaza dominada por rivales tan grandes y fuertes como Hewlett-Packard, Canon o Epson. Por ejemplo, las impresoras a chorros de tinta. Además, el segmento de las digitales reconoce la hegemonía de Xerox.
Simultáneamente, la compañía ha resuelto no hacer inversiones importantes en su propio territorio, la fotografía convencional. También irá reduciendo gastos y esfuerzos en películas para usuarios directos. Pero no abandonará el campo, pues se dedicará a fabricar rollos para otras marcas (algo que no ha hecho en decenios).
Kodak intentará, también, ser más agresiva en política de precios. No está claro qué ocurrirá con la marca en sí, especialmente su lado minorista. Es decir, los centros de revelado y copia.
Este cambio en una empresa tan antigua refleja tendencias genéricas. Desde hace algunos años, muchas empresas han visto sus apacibles modelos de negocios dados vuelta por innovaciones tecnológicas. Así, Intel debió saltar del chip de memoria a los microprocesadores y, en el extremo opuesto, Polaroid –viejo rival de Kodak- entró en concurso (2002) luego de fracasar en su intento de desarrollar sustitutos para sus anticuadas cámaras instantáneas.
A criterio de varios expertos, la apuesta es riesgosa e implica incursionar en una plaza dominada por rivales tan grandes y fuertes como Hewlett-Packard, Canon o Epson. Por ejemplo, las impresoras a chorros de tinta. Además, el segmento de las digitales reconoce la hegemonía de Xerox.
Simultáneamente, la compañía ha resuelto no hacer inversiones importantes en su propio territorio, la fotografía convencional. También irá reduciendo gastos y esfuerzos en películas para usuarios directos. Pero no abandonará el campo, pues se dedicará a fabricar rollos para otras marcas (algo que no ha hecho en decenios).
Kodak intentará, también, ser más agresiva en política de precios. No está claro qué ocurrirá con la marca en sí, especialmente su lado minorista. Es decir, los centros de revelado y copia.
Este cambio en una empresa tan antigua refleja tendencias genéricas. Desde hace algunos años, muchas empresas han visto sus apacibles modelos de negocios dados vuelta por innovaciones tecnológicas. Así, Intel debió saltar del chip de memoria a los microprocesadores y, en el extremo opuesto, Polaroid –viejo rival de Kodak- entró en concurso (2002) luego de fracasar en su intento de desarrollar sustitutos para sus anticuadas cámaras instantáneas.