La operación, pendiente de aprobación regulatoria, tendrá base en Holanda, e implica, potencialmente, un ahorro de US$ 700 millones anuales. Pero también puede significar la reducción de 4.000 empleos. Obviamente, la fusión alcanza a los mercados europeos solamente.
Cada una de las empresas tendrá 50% del capital accionario y adoptará el nombre de Thyssenkrupp Tata Steel.
La operación deberá ser aprobada por el organismo regulador de la Unión Europea, y seguramente quedará finalizada a principios del año próximo. El volumen de ventas e ingresos quedará cerca de la primera acería europea, ArcelorMittal. La fuerza laboral combinada de ambas empresas que se fusionan, estará en el orden de los 48.000 empleados, aunque se estima que habrá 4.000 despidos.
Las conversaciones entre ambos gigantes se iniciaron hace más de un año con la meta de consolidar el mercado y reducir costos. Si bien hubo leve mejoría en los precios, la situación es complicada por las enormes exportaciones chinas de acero, y una excesiva capacidad de producción alrededor del mundo. Las acciones de ambas compañías subieron cuando se conoció el anuncio. La nueva empresa consolidada, tendrá ingresos anuales por € 15 mil millones, y una producción equivalente a 21 millones de metros cúbicos de productos de acero plano.