¿Qué está pasando? Hay varios factores en juego. A nivel nacional, para implementar las tan necesarias reformas estructurales y contener la crisis financiera, Beijing no pudo hacer otra cosa que aplicar los frenos a todo el crecimiento económico. Al mismo tiempo, en ciudades como Beijing, Shanghai y Hangshou, los gobiernos locales están imponiendo nuevas restricciones a la venta de vehículos para combatir la congestión de tránsito y la contaminación del aire.
En realidad, los ciclos de vida de los productos y de la industria ya comenzaron a desacoplarse, un momento clave que por lo general resulta en exceso de capacidad, importante presión sobre los precios y los márgenes y, finalmente en una conmoción masiva. Como resultado, la industria básica y la dinámica competitiva probablement4e se verán muy diferentes dentro de unos pocos años. El modelo de negocios mismo cambiará de actual, enfocado principalmente en generar ganancias con las ventas de vehículos nuevos, a otro en el que las ganancias vienen principalmente de a venta de productos y servicios complementarios.
Al mismo tiempo, la demanda de los clientes se volverá cada vez más binaria. Las ciudades de capa 1 en las provincias costeras se caracterizarán por sus menores tasas de crecimiento, demanda de reemplazos y precios elevados. Por el contrario, las ciudades de capas inferiores en el interior de china verán tasas de crecimiento mucho más altas, pero a menores precios porque la demanda vendrá de compradores que están cruzando el umbral de la movilidad y cambiando sus motos y bicicletas pro autos.
Aunque este segmento está actualmente dominado por automotrices chinas, las extranjeras, siempre al acecho de oportunidades de crecimiento como éstas, están prestando atención. Y el gobierno0 central, por su parte, está obligándolas a moverse hacia este segmento. Por ejemplo, sólo pueden instalar fábricas mediante emprendimientos conjuntos con empresas chinas y siempre teniendo como máximo 40% de las acciones.
Lo cierto es que esta dinámica ha iniciado una pelea por la franja inferior del mercado automotor. El impacto más inmediato lo sentirán las automotrices chinas, que dependen fuertemente de su participación dominante en el segmento inferior para sus ganancias. Actualmente muy pocas están en condiciones de competir con las extranjeras en tecnología, calidad y administración con sus competidoras extranjeras, más experimentadas y con mejores recursos.