lunes, 25 de noviembre de 2024

Densidad empresarial, en baja y entre las menores del mundo

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Debido a factores estructurales como la elevada presión impositiva, las excesivas regulaciones laborales, el bajo acceso al financiamiento y la inestabilidad macroeconómica, hacer negocios en Argentina es particularmente complejo.

Nuestro país se encuentra entre los de menor natalidad empresarial del mundo y la región, muy lejos de Chile, y del promedio de países de ingreso alto, medio y bajo, miembros de la OCDE y países de la Unión Europea, explica el informe del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba.

Una variable que resume los débiles incentivos a la actividad empresarial en nuestro país es la presión impositiva; los datos son contundentes en marcar que con una carga tributaria superior al 100% de las utilidades comerciales, Argentina tiene la mayor tasa impositiva de la región y la segunda más alta del mundo.

A mayor presión impositiva menor es la creación de nuevas empresas; los datos sugieren que por cada 1% de incremento en la tasa tributaria, la densidad de nuevas empresas se reduce en 1,82%.

Si bien es cierto que la cuarentena desmedida del segundo trimestre de 2020 condujo a una fuerte destrucción de empresas, el que su impacto haya perdurado en el tiempo depende de factores que son responsabilidad del gobierno, que han deteriorado el clima de negocios y la previsibilidad.

A pesar de que la actividad económica agregada tuvo un rebote desde mayor del año pasado, el número de empresas no paró de caer y se mantiene estancado en lo que va del corriente año.

A mayo de 2021, último mes con información, y en relación a febrero de 2020, hubo una pérdida neta de 19.215 empresas privadas a nivel nacional, de las cuales 2.298 de ellas eran de la provincia de Córdoba.

La actividad empresarial solo prospera en los sectores más productivos de nuestro país; así es como durante la pandemia en Córdoba se sumaron 211 empresas pequeñas de servicio de cosecha mecánica, 159 de cultivo de soja, 67 de servicios informáticos, 46 de maquinaria agrícola y 37 de venta al por mayor de insumos para el agro y la construcción.

Por el contrario, el resto de los sectores, que son la mayoría, siguen muy resentidos; esto se nota particularmente en los sectores más afectados por las restricciones impuestas por el gobierno, habiendo en Córdoba cerrado 2.251 PyMEs en la pandemia, entre ellas 550 empresas de taxis, remises y alquiler de autos, 457 restaurantes, 362 comercios de venta de ropa, 308 hoteles y hosterías y 152 almacenes.

El aumento de la presión impositiva sobre el sector privado, regulaciones laborales que dificultan la contratación, agravadas por la doble indemnización y la prohibición de despidos, y la baja oferta de fondos prestables de los bancos, que financian cada vez más al Estado con LELIQ, Pases y títulos públicos, afectan la rentabilidad de los negocios al punto que muchos resultan inviables y terminan cerrando.

En medio de la campaña electoral, se insiste en la necesidad de crear empleos productivos para reducir la pobreza. Pero siendo que son las empresas las que generan nuevos empleos, en la medida que se siga persiguiendo al sector privado desde el Estado será muy difícil lograr ese objetivo.

 

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