Tampoco es fácil lograr que el público del momento aprecie la obra de un contemporáneo. El pobre Van Gogh habría dado su otra oreja por vender uno de sus muchos cuadros. Le rogaba por carta a su hermano que por lo menos le vendiera uno para tener algunas monedas con qué mantenerse. Pero no. Teo tuvo que seguir manteniéndolo hasta su muerte. Lo que Van Gogh pintaba provocaba risa.
La semana pasada un cuadro suyo se vendió en US$ 67 millones en la casa de subastas más prestigiosa de Nueva York.
Pablo Picasso tuvo más suerte. Fue uno de los poquísimos pintores en lograr fama y dinero en vida. También la semana pasada un cuadro suyo se remató por la escalofriante suma de US$ 179.400 millones.
El mercado del arte operó durante muchísimo tiempo en un ambiente nada transparente. Se sabía de las grandes subastas, se conocían las ofertas y el momento en que el martillo del rematador sonaba decretando la venta. Pero lo que ocurría desde ese momento en más nunca se supo ni se indagó demasiado. Pero ahora, que ha llegado el momento de la transparencia, los movimientos de ese mercado también comienzan a conocerse y a vigilarse.
El valor total del mercado global del arte superó en 2014 los €51.000 millones, un aumento d 7% con respecto al año anterior y el mayor nivel jamás alcanzado según el Art Market Report 2015 que publica anualmente la European Fine Art Foundation.
El volumen de ventas creció 6% en 2014. Se vendieron 39 millones de obras y los remates subastaron 1.530 lotes, 16% más que en 2013. Por valor de obras vendidas los tres centros de distribución de obras más importantes en 2014 fueron Estados Unidos, China y Reino Unido, en ese orden. En forma conjunta, 8% de los artistas cuyas obras fueron vendidas en subastan lograron precios superiores s los €50.000, Según la European Fine Art Foundation.