La planificación es una parte escencial del éxito. Y para los jóvenes veinteañeros, los de la generación X y los Millennials, la planificación de al menos un trozo de su futuro es un paso muy importante. Hay que empezar a definir los valores, las pautas y los hábitos para que, a futuro, generen buenos frutos y le ayuden a la persona a ser exitosa en todo lo que se proponga.
La mejor inversión sos vos
La mejor empresa en la que se puede invertir es uno mismo. En desarrollo profesional, académico, técnico e incluso en desarrollo emocional. Como aprender cuáles son nuestros flancos débiles como líderes o jefes y modificarlos. La inversión en uno mismo es una capitalización a largo plazo que no se desprecia y a la cual le podemos sacar rédito toda una vida.
Aprender de la adversidad
El par aprendizaje-falla viene en combo. Aprender significa sumar un montón de fracasos, algunos éxitos pero sobre todo llegar a una síntesis que nos permite haber aprendido algo. Los mares tranquilos no hacen buenos marineros, dice el dicho. Los veinte años son, además, el momento perfecto para equivocarse porque no se puede perder demasiado y hay tiempo de sobra para reparar cualquier equivocación. ¿Es difícil crear una start up de algo que no sea tecnología? Excelente momento para probar y aprender.
Aceptar la incertidumbre
La más fiel compañera de la vida en el mundo de los negocios. La incertidumbre difícilmente nos abandone durante las dos décadas de los 20 a los 40. No sabemos si elegimos una buena carrea, no sabemos si no elegir una carrera y emprender fue una buena idea o, incluso, tenemos la incertidumbre de qué vamos a hacer ahora que ni estamos estudiando ni estamos emprendiendo. La clave es entender y así poder manipular la incertidumbre. Porque no va a desaparecer, así que mejor hacer las paces.
No abandonar la curiosidad
Quizás al llegar a la mitad de los años veinte, ya empezando a cumplir años en modo cuenta regresiva para llegar a los 30, se pierda un poco la curiosidad que se tenía a los 20 cuando no se sabía muy bien a donde ir. Es recomendable tratar de mantener ese espíritu. Es lo que nos va a ayudar a ver nuevas oportunidades y nuevos caminos con horizontes más prometedores. No acostumbrarse a la zona de confort que podamos tener porque conseguimos estabilidad económica a los 25 años pero en un trabajo aburrido sin oportunidades de crecimiento.
No tener miedo a tener miedo
Si hablamos de incertidumbre y adversidades estamos hablando, por debajo, del miedo. Miedo al fracaso, a malas decisiones, a no saber qué hacer, etcétera. La clave es perderle miedo al miedo. No es lo mismo tomar una mala decisión en el primer empredimiento que cuando se tiene una empresa que vale cientos de miles de pesos. El momento de equivocarse es ahora, así que no hay porque temer. Además, el miedo en exceso es paralizante. Nunca vamos a poder encontrar nuestro norte si nos da miedo salir a explorar siquiera un poco por fuera de la zona de confort