Carlos Slim reduce su imperio telefónico

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Por presión regulatoria del gobierno mexicano, el imperio del magnate Carlos Slim deberá ser desmantelado para adecuarse a la profunda reestructuración de la política de telecomunicaciones.

El magnate mexicano Carlos Slim , uno de los más ricos del planeta, anunció que venderá parte del imperio telefónico que construyó en México durante un cuarto de siglo. A raíz de la decidida apuesta del Gobierno de Enrique Peña Nieto para poner fin en México a las posiciones de dominio en el mercado de las telecomunicaciones. América Móvil – la gran telefónica latinoamericana con casi 270 millones de líneas móviles en 18 países – anunció que venderá activos para reducir su participación en el mercado mexicano por debajo de 50%.

 

Actualmente, América Móvil tiene el control de un 80 % del mercado de telefonía fija y un 70% de la telefonía celular en México, un país de 118 millones de habitantes. El recorte supondrá sacar a la venta prácticamente 30% de su cuota, valorado en más de US$ 15.000 millones (alrededor de 1,3% del PIB de México). El objetivo de la compañía es quitarse de encima la limitante calificación de “agente económico preponderante” y tener otra vez las manos libres para operar en suelo mexicano. Esa definición es la piedra angular de las reformas de Peña Nieto en las telecomunicaciones. El gobierno mexicano ha definido como agentes económicos preponderantes a todas las compañías que poseen más del 50 % de audiencia, tráfico, usuarios o suscriptores en el sector telecomunicaciones o radiodifusión. Eso las somete a severas restricciones.

 

El imperio de Slim se le ha impuesto la obligación de compartir gratuitamente sus infraestructura con los competidores, algo que América Móvil considera “confiscatorio”. Slim controla el 80 % del mercado mexicano de telefonía fija, a través de Telmex; y un 70 % de la móvil con Telcel.
América Móvil anunció su decisión de vender parte de sus muchos activos ayer mismo, coincidiendo con la aprobación en el Congreso mexicano de las nuevas leyes de telecomunicaciones. Sin embargo, no ha dicho exactamente qué venderá o a quién. Sólo anunció que la venta de “ciertos activos” se hará “a una nueva y sólida operadora independiente de América Móvil, con experiencia en el sector telecomunicaciones y sólidos recursos económicos y técnicos”.

 

Para los analistas este operador fuerte deber ser una compañía extranjera, con capacidad para asumir el gigantesco coste de la compra y las fuertes inversiones requeridas.
El grupo también ha dicho que todas sus estaciones de base celulares, incluidas torres e infraestructura relacionada, serían separadas de Telcel y puestas a disposición de otros grupos, sugiriendo que está preparando un desprendimiento. El plan debe ser aprobado por el organismo regulador independiente de México, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), que ya dijo deberá estudiar la letra chica.

 

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