La situación es un tanto paradójica. La compañía llegó a esta situación de crisis por haber usado sin derechos los datos de millones de personas. Ahora parecería que una de las pocas cosas que le quedan por hacer para poder pagar sus deudas es vender precisamente esos mismos datos que provocaron el escándalo.
Cambridge Analytica (CA) dice que ya no los tiene, que los borró, pero nadie le cree. Con la firma ahora en quiebra, esos datos y los perfiles psicológicos que creó a partir de ellos se convierten en el principal activo… si todavía existen. Y en ese caso, se podrían rematar al mejor postor durante el proceso de la quiebra.
En Estados Unidos, cuando una compañía pide la quiebra debe presentar una lista de sus activos o explicitar qué es lo que posee. Si Cambridge Analytica incluye en esa lista datos de usuarios o perfiles psicológicos, esos datos podrían ser vendidos al mejor postor., dice Jim Vincequerra, socio de una firma especializada en la ley de quiebra.
Pero Cambridge Analytica tiene otra opción. Podría vender o transferir esos datos a un tercero en lugar de sacarlos a remate, dice Vincequerra. Esa posibilidad preocupa especialmente a los defensores de la privacidad porque los ejecutivos de CA ya abrieron otra compañía, llamada Emerdata y que en realidad es una versión diferente de la misma firma.
