Jean Christophe Babin, el francés que dirige la casa de lujo en Roma, cree que cuanto más rápidamente cambia el mundo, mayor es el valor que adquieren marcas como Bulgari, esas que se han mantenido leales a las técnicas tradicionales de fabricación y que no han cambiado con el paso de los siglos.
Babin asumió el liderazgo de Bulgari (LVMH) en 2013 luego de trabajar casi 13 años en Suiza como CEO de TAG Heuer. Desde sus primeros días en Bulgari, mantuvo el foco firme en los diseños clásicos de las joyas romanas mientras en relojes introducía nuevas líneas y desparramaba por el mundo hoteles con el nombre de la marca.
“Bulgari es la esencia de Roma”, dice. “Pero también es una marca en la que casi todos los productos son fabricados en Italia, desde una joya hasta un perfume”.
Al mantener el foto en los productos hechos a mano a la manera tradicional en un pequeño grupo de talleres especializados, Babin cree que Bulgari no solo es resiliente al cambio tecnológico sino que la marca se vuelve más codiciada por los clientes que buscan tradición y continuidad.
Fundada en 1884 por un platero romano de ascendencia griega, Bulgari creó las joyas que lucieron divas como Liz Taylor, Nancy Reagan, Monica Vitti , Ana Magnani, Anita Eckberg, Gina Lollobrigida, Sofía Loren o Claudia Cardinale. En los últimos 30 años la compañía aumentó su estatura como fabricante de relojes de alta gama. Lanzó sus primeros diseños para uso diario en 1975 luego de arrancar con los relojes-joya de ultra lujo.