Aston Martin, la automotriz británica famosa por ser la marca preferida de James Bond, acaba de anunciar que iniciará su proceso de oferta Pública Inicial (OPI) y convertirse en empresa cotizante.
Al cotizar y reunir capital probablemente terminen los problemas financieros de esta empresa privada de cien años de antigüedad que siete veces debió solicitar el concurso de acreedores.
La venta de acciones también plantaría la bandera de Aston Martin en los mercados como una automotriz británica independiente en momentos en que Gran Bretaña se encamina a un divorcio con la Unión Europea.
El proyecto refleja que hay un convencimiento de que, aun después del Brexit, los autos deportivos de lujo de Aston Martin van a interesar a los ricos de todo el mundo, especialmente Asia.
La compañía espera ser valuada en por lo menos 5.000 millones de libras esterlinas en la IPO. “Es un momento histórico”, dijo andy Palmer. “Cuando entré en 1979 había muchas automotrices británicas, pero en el curso de mi carrera muchas han desaparecido. La actividad goza de buena salud en este país, pero las empresas son extranjeras. Ahora habrá otra vez una compañía británica independiente.”