Apple se ve otra vez envuelta en denuncias sobre evasión impositiva. Los Paradise Papers, que son documentos elaborados por el estudio de abogados Appleby, afirman que el conglomerado norteamericano reestructuró sus compañías irlandesas en 2014 para evadir impuestos y se instaló en Jersey, una dependencia de la corona británica con leyes fiscales propias y que aplica 0% de tasas tributarias corporativas a las empresas extranjeras.
Paradise Papers es el nombre que se da a una enorme filtración de documentos financieros que está poniendo al descubierto el mundo financiero offshore.
En su defensa la firma declara que el traslado no significó una baja de impuestos. Dice seguir siendo la empresas que más impuestos paga en el mundo, unos US$ 35.000 millones en los últimos tres años. declara que ninguna de sus operaciones fue trasladada desde Irlanda y que los cambios que introdujo en 2015 en su estructura corporativa fueron para preservar el pago de impuestos en Estados Unidos y no para evadirlos en otros países.
Hasta 2014, Irlanda le permitía canalizar sus ventas a través de subsidiarias que, por no ser irlandesas ni norteamericanas, no pagaban impuestos. Esa estructura – que no pagaba ni la tasa norteamericana de 35% ni la irlandesa de 12,5% redujo sus aportes tributarios sobre ganancias fuera de Estados Unidos a 5% o menos.
La política impositiva de Apple se cuestiona desde hace tiempo. En agosto la Comisión Europea emitió un fallo contra Irlanda y Apple mediante el cual la empresa norteamericana tendrá que pagar 13.000 millones de euros en concepto de impuestos atrasados. El argumento es que la política de competencia de la Unión estable que ningún estado miembro puede otorgar ventajas fiscales de manera selectiva a ninguna empresa.