En los diferentes países de la región latinoamericana surgieron infinidad de startups para solucionar los problemas recurrentes que se derivan, por lo general, de unas pesada y anticuada burocracia. Startups creadas para comprar un auto usado, o para alquilar un departamento o abrir una cuenta bancaria.
El año pasado inversiones por valor de US$ 4.100 millones desembarcaron en América latina, más de los US$ 3,300 que fueron al Sudeste Asiático y superando también las inversiones en Africa, Medio Oriente y Europa oriental juntas. En la primera mitad de este año América latina recibió YS$ 6.500 millones en capital de riesgo, una cifra no lejana de los US$ 8.300 millones que recibió la India.
El Nubank es el ejemplo típico de una nueva clase de startup latinoamericana. Fundado en 2013 por el emprendedor colombiano David Vélez luego de que le llevara seis meses abrir unas cuenta bancaria cuando se mudó a Sao Paulo, Brasil. EL emprendimiento ha crecido exponencialmente y ahora tiene más clientes que cualquier otro banco exclusivamente digital en todo el mundo.
La última generación de startups latinoamericanas está atrayendo la atención de algunos de los grandes inversores en tecnología.
Kavak, el primer unicornio de México, fue valuado el mes pasado en US$ 8.700 millones. La compañía se propone mejorar la experiencia de comprar autos usados. Ofrece a los compradores un control mecánico, tres meses de garantía, crédito online rápido y entrega a domicilio.
Quinto Andar, con base en Brasil, está simplificando el trámite de alquilar un departamento reduciendo intermediarios y ofreciendo seguro propio. Elimina así la ncesidad de enormes depósitos, garantías y costosos seguros.
NotCo es una startup chilena que utiliza inteligencia artificial para desarrollar combinaciones de plantas para imitar el sabor y la textura de la leche, la mayonesa, el helado y la carne. Fue valuada en US$ 1,5 millones en una ronda de financiación en junio y ya se expandió a Estados Unidos y Canadá.