Cualquiera de ambas cosas sucedería si la firma francesa dejase de cumplir con salvaguardias atinentes a la seguridad norteamericana. Así se desprende del dictamen firmado por la Securities & exchange commission (comisión de valores), el departamento federal de justicia y otras instancias.
Lucent, la mayor fabricante estadounidense de equipos para telecomunicaciones, ha sido importante proveedor militar durante decenios. En este momento, desarrolla –vía Bell Laboratories- un sistema de telefonía móvil para el ejército. Ahora, la de Alcatel quizá sea la primera transacción de su tipo en ser puesta bajo escrutinio no ético, económico o financiero, sino estratégico. Éste queda en manos del comité permanente sobre inversiones externas, un panel federal que examina los riesgos de seguridad en F&A que involucren empresas norteamericanas y extranjeras.
“Nunca vi algo así”, confiesa John Reynolds, ex funcionario del departamento de estado. Hoy asesora compañías en temas de seguridad y es socio en Wiley Rein & Fielding (Washington). “La cláusula podría eventualmente permitirle al gobierno intervenir, en cualquier momento, y hacer liquidar la fusión por considerla perjudicial para el interés nacional. Por mucho menos que eso, solemos criticar o presionar a europeos, latinoamericanos y asiáticos”.
A raíz de la situación, el comité para comercio internacional del Foro (Bar Association) del distrito de Columbia se reunirá próximamente para evaluar el nuevo clima respecto de tomas de firmas estadounidenses, por parte de extranjeras. George W.Bush sancionó la operación Alcatel-Lucent reicén el 17 de noviembre con las restricciones señaladas, que afectan directamente a la división Bell Laboratories. Algunos creen podría escindirse
Cualquiera de ambas cosas sucedería si la firma francesa dejase de cumplir con salvaguardias atinentes a la seguridad norteamericana. Así se desprende del dictamen firmado por la Securities & exchange commission (comisión de valores), el departamento federal de justicia y otras instancias.
Lucent, la mayor fabricante estadounidense de equipos para telecomunicaciones, ha sido importante proveedor militar durante decenios. En este momento, desarrolla –vía Bell Laboratories- un sistema de telefonía móvil para el ejército. Ahora, la de Alcatel quizá sea la primera transacción de su tipo en ser puesta bajo escrutinio no ético, económico o financiero, sino estratégico. Éste queda en manos del comité permanente sobre inversiones externas, un panel federal que examina los riesgos de seguridad en F&A que involucren empresas norteamericanas y extranjeras.
“Nunca vi algo así”, confiesa John Reynolds, ex funcionario del departamento de estado. Hoy asesora compañías en temas de seguridad y es socio en Wiley Rein & Fielding (Washington). “La cláusula podría eventualmente permitirle al gobierno intervenir, en cualquier momento, y hacer liquidar la fusión por considerla perjudicial para el interés nacional. Por mucho menos que eso, solemos criticar o presionar a europeos, latinoamericanos y asiáticos”.
A raíz de la situación, el comité para comercio internacional del Foro (Bar Association) del distrito de Columbia se reunirá próximamente para evaluar el nuevo clima respecto de tomas de firmas estadounidenses, por parte de extranjeras. George W.Bush sancionó la operación Alcatel-Lucent reicén el 17 de noviembre con las restricciones señaladas, que afectan directamente a la división Bell Laboratories. Algunos creen podría escindirse