<p>“No soy un corsario”, sostiene por teléfono, desde Barga’ai, Ajmed Dyama. Pero le cuesta explicar de dónde sacó la plata para construirse un lujoso palacio estilo “Mil noches y una noche”. Tampoco sabe por qué la piratería es el único negocio próspero en un país hecho pedazos y disputado por varios señores de la guerra.<br />
Sólo desde 2007, los efectivos piratas han pasado de cincuenta a 2.500, contado sólo el personal embarcado. Según Dyama, “el dinero proveniente de los rescates es lo único que moviliza la economía somalí”. No aclara si se refiere a todo el territorio, a la ex parte británica (el norte, sobre el golfo de Adén) o incluye la ex porción italiana, o sea el este, sobre el océano Índico.<br />
Ahora bien ¿de dónde salen las ultramodernas armas y la parafernalia digital, etc.? El mismo personaje lo dice: los adquieren en Dubai. Vale decir, uno de los archiconservadores miembros de la Unión de Emiratos Árabes (o sea, el golfo Pérsico). En serios apuros financieros, Dubai le vende cualquier cosa a cualquiera que ande líquido.<br />
De acuerdo con un estudio de Naciones Unidas, estos piratas están organizados como empresas privadas, pero no precisan patentes de corso como las subsistentes en Malasia, Indonesia y Filipinas. Esta fuente identifica tres CEO superiores: Garad Mohamud, Mohammed Abdí Hasán (“Afeweyne”) y Fara Hersí Kulán (“Boyah”). Todos de etnia somalí.<br />
Nada de eso es ignorado por otro negocio no siempre diáfano, el seguro. Las pólizas navieras sobre personas y bienes son altísimas. Van de US$ 25.000 por pieza de carga a 60.000 anuales por daños a barcos. Pero la cifra clave es dos millones, el importe de rescates por rehenes. Este aspecto de la piratería cubre una geografía más amplia, que va desde el canal del Suez por el mar Rojo a los golfos de Adén y Omán. Éste da al Pérsico, un área donde los riesgos bélicos son de otro origen.<br />
En medio de todo, nadie acierta a explicar bien por qué tantos países parecen impotentes contra los corsarios somalíes. La lista es alarmante y abarca Estados Unidos, Saudiarabia, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón, Omán, UEA, Egipto, Israel, etcétera. <br />
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Ajmed Dyama: un corsario con tecnología de Dubai
Doce naves todavía secuestradas, 260 rehenes y 70 ataques piratas en cuanto va de 2009. Al parecer, las bases son móviles pero se concentran entre el oeste de Berbera (ex Somalia británica), Bargaai y Eye, en el cuerno de África o Punt faraónico.