Una encuesta realizada por Grupo RHUO y la Universidad Abierta Interamericana (UAI) con motivo del Día del Trabajo reveló en 2014 que al 67% de los trabajadores argentinos le gustaría independizarse. Si se analiza por rangos etarios son los jóvenes de 18 a 29 años (75,3%) y las personas de 30 a 39 años (75,1%) los más interesados. De todas formas, las personas que componen los otros niveles también manifiestan en más del 50% su interés por esta modalidad. ¿Cómo saber si estamos en ese 50% que necesita un empujón más para animarse a emprender? Nada es seguro, pero hay que prestar atención a algunos señales que podrían apuntar a que ya es hora de animarse a crear algo propio.
Siempre estás pensando
Los emprendedores nunca dejan de meditar. Es una bendición y una maldición al mismo tiempo. Si exhibimos este comportamiento, tal vez es tiempo de seguir adelante y hacer algo para poner tus pensamientos en acción. Es conveniente no dejar que estás ideas se nos escapen porque no sabemos cuándo decidiremos llevarlas a la realidad, así que hay que tener una carpeta de proyectos o al menos bosquejos de ideas que nos sean recurrentes. Alguna podría valer millones.
Sos apasionado
Si hay un concepto de negocio que se queda con nosotros y del que estamos enamorados, se puede convertir en una realidad. Los emprendedores y los dueños de negocios sienten pasión por lo que hacen y harán lo posible para cambiar su visión sobre un producto o servicio para que el resto del mundo lo disfrute. Además, la pasión es la característica más peculiar del emprendedor junto con la innovación.
Sos independiente.
Esto no significa que somos alguien extraño o que no sabemos cómo pedir ayuda. Significa que podeos resolver los problemas. Muchos emprendedores comienzan solos y se sienten a gusto así por el resto de su vida como empresario. Si gustamos mucho de trabajar de forma independiente, incluso respecto a la relación de dependencia, el emprendedorismo puede ser lo que estamos buscando.
Queremos ayudar a la gente
Si queremos ofrecer un producto o servicio que creemos que es vital pero aún no existe o no se comercializa eficientemente, hay que considerarlo una señal de que estamos listos para tener una empresa. Este deseo de ayudar a las personas para que mejoren sus vidas, puede ayudar en los altos y bajos de manejar una operación. Muchas veces las compañías más fuertes salen de un deseo de ayudar al mundo a resolver un problema.
Te gusta adquirir nuevas habilidades y conocimientos
Algunas personas no pueden saciar la sed de aprender cosas nuevas. Algo que se vuelve casi imposible de hacer en el mismo trabajo durante años. Pero se puede tener esa experiencia como dueño de un negocio. De hecho, la marca distintiva del emprendedor serial es que se ve motivado a aprender cosas nuevas todo el tiempo y está dispuesto a experimentar. Si disfrutamos aprender cómo se fabrica el helado artesanal y disfrutamos por igual aprender a crear una aplicación para smartphone es un indicador de que nos gusta emprender.