Wall Street intenta consolidar otra onda eufórica

Sin estímulos en la economía, se marcó récord nominal absoluto en el Standard&Poor’s 500 (1.468,5). El Dow Jones industrial subía 0,9% y 1,1% el Nasdaq. Hubo dos motivos ocasionales: la venta de SLM y las ganancias de negocios financieros.

17 abril, 2007

Sallie Mae, claro, recobró de golpe 15% tras aceptar venderse por US$ 25.000 millones a un grupo dirigido por un fondo privado. Entretanto, Wachovia y Citigroup declaraban utilidades superiores al las esperadas por los gurúes. Mientras afuera arreciaba la peor tormenta de lluvia y nieve en muchos años, el Dow Jones industrial y el Nasdaq compuesto volvían al nivel previo a la serie de caídas iniciada el 27 de febrero.

En pos de un “estímulo sistémico”, algunos analistas mencionaron los US$ 684.000 millones en fusiones y adquisiciones anunciadas en cuanto va de 2007. En números, resulta 46% superior a las del primer trimestre de 2006. Pero ahora se trata mayormente de compras apalancadas, una manía global de desenlace incierto que algun sociólogo vincula al neoconservadurismo que subsiste en el mundillo financiero.

Por supuesto, firmas de valores e intermediarios bursátiles se lanzaban a predecir mese de bonnaza. Pero la economía real afronta un horizonte regresivo y el Fondo Monetario Internacional augura apenas +2,2% para el producto bruto interno.

La ola feliz no se limitaba a NuevaYork. Con estímulos reales apenas mejores, Londres obtuvo le enésimo récord nominal del bienio (6.516,2 puntos). San Pablo aportó el suyo (48.921) y arrastró a sus satélites sudamericanos. Quizá la única bolsa que reflejea una economía própera, Fráncfort, obtuvo la sexta máxima del mes: 7.338, 1 en el DAX.

Sallie Mae, claro, recobró de golpe 15% tras aceptar venderse por US$ 25.000 millones a un grupo dirigido por un fondo privado. Entretanto, Wachovia y Citigroup declaraban utilidades superiores al las esperadas por los gurúes. Mientras afuera arreciaba la peor tormenta de lluvia y nieve en muchos años, el Dow Jones industrial y el Nasdaq compuesto volvían al nivel previo a la serie de caídas iniciada el 27 de febrero.

En pos de un “estímulo sistémico”, algunos analistas mencionaron los US$ 684.000 millones en fusiones y adquisiciones anunciadas en cuanto va de 2007. En números, resulta 46% superior a las del primer trimestre de 2006. Pero ahora se trata mayormente de compras apalancadas, una manía global de desenlace incierto que algun sociólogo vincula al neoconservadurismo que subsiste en el mundillo financiero.

Por supuesto, firmas de valores e intermediarios bursátiles se lanzaban a predecir mese de bonnaza. Pero la economía real afronta un horizonte regresivo y el Fondo Monetario Internacional augura apenas +2,2% para el producto bruto interno.

La ola feliz no se limitaba a NuevaYork. Con estímulos reales apenas mejores, Londres obtuvo le enésimo récord nominal del bienio (6.516,2 puntos). San Pablo aportó el suyo (48.921) y arrastró a sus satélites sudamericanos. Quizá la única bolsa que reflejea una economía própera, Fráncfort, obtuvo la sexta máxima del mes: 7.338, 1 en el DAX.

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