Wall Street, escéptica ante gurúes y estadísticas oficiales

Por tercera sesión seguida, la bolsa neoyorquina arrancó -el viernes- subiendo pero terminócediendo un poco. Como viene ocurriendo, cifras oficiales optimistas hallan un mercado poco receptivo. Pese al nuevo gurú de la reelección.

8 noviembre, 2003

A primera vista, el departamento federal de Trabajo –al igual que el jueves- difundió el viernes números casi a medida de Wall Street. Según esos datos, la demanda laboral empieza a ser consistente con las crecientes señales de reactivación económica.

En octubre, sostiene un informe preliminar –que recién será definitivo en marzo o abril, se crearon 126.000 puestos laborales en industrias y servicios, más del doble que los previstos. Pero la tasa de desempleo urbano cedió apenas de 6,1 a 6% de la población activa.

“Comprar cuando hay rumores, vender cuando ya no son noticias. Parece que los operadores siguen fieles a la norma, aunque la mayoría apueste por la reelección de George W.Bush”, decía un analista de Victory Capital Management. “Además, hay casos de sobreactuación”.

Se refería, sin duda, a Grover Nordquist (“Americans for lower taxes”), estandarte de Bush en Wall Street. En efecto, mientras en Irak derribaban otro helicóptero –seis hombres perecieron-, en Manhattan el adalid de la “nueva clase inversora” aseguraba que Bush será reelegido en 2004 y hasta impondrá su candidato en 2008.

“Se acabaron los demócratas como opción de poder. En delante, el voto será dominado por ciudadanos blancos de clase alta y media alta. Es decir, ahorristas e inversores para quienes la bolsa pesa más que Irak. Este grupo ha pasado de 44 a 58% del voto útil en elecciones presidenciales”.

El triunfalismo de Nordquist, empero, chocaba con la dura realidad. Alarmado por el riesgo terrorista en Saudiarabia, Washington cerró preventivamente la embajada en er-Riyadh.

A primera vista, el departamento federal de Trabajo –al igual que el jueves- difundió el viernes números casi a medida de Wall Street. Según esos datos, la demanda laboral empieza a ser consistente con las crecientes señales de reactivación económica.

En octubre, sostiene un informe preliminar –que recién será definitivo en marzo o abril, se crearon 126.000 puestos laborales en industrias y servicios, más del doble que los previstos. Pero la tasa de desempleo urbano cedió apenas de 6,1 a 6% de la población activa.

“Comprar cuando hay rumores, vender cuando ya no son noticias. Parece que los operadores siguen fieles a la norma, aunque la mayoría apueste por la reelección de George W.Bush”, decía un analista de Victory Capital Management. “Además, hay casos de sobreactuación”.

Se refería, sin duda, a Grover Nordquist (“Americans for lower taxes”), estandarte de Bush en Wall Street. En efecto, mientras en Irak derribaban otro helicóptero –seis hombres perecieron-, en Manhattan el adalid de la “nueva clase inversora” aseguraba que Bush será reelegido en 2004 y hasta impondrá su candidato en 2008.

“Se acabaron los demócratas como opción de poder. En delante, el voto será dominado por ciudadanos blancos de clase alta y media alta. Es decir, ahorristas e inversores para quienes la bolsa pesa más que Irak. Este grupo ha pasado de 44 a 58% del voto útil en elecciones presidenciales”.

El triunfalismo de Nordquist, empero, chocaba con la dura realidad. Alarmado por el riesgo terrorista en Saudiarabia, Washington cerró preventivamente la embajada en er-Riyadh.

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