Wall Street en el sube y baja, al compás de ciertos síntomas

La tasa de largo plazo (T-10) se desmoronó de 4,87 a 4,68% entre lunes y martes. Esto les permitió a los paneles bursátiles recobrar lo perdido el lunes. Todo en un clima más bien volátil.

15 junio, 2004

En verdad, la caída de rindes significa que los precios al contado de letras y bonos federales pegaron el martes el salto más pronunciado desde enero de 2001. Por una razón más bien especulativa o psicológica: un índice de precios minoristas subió un poquito menos de lo esperado.

Además, apretado desde la Casa Blanca, Alan Greenspan tuvo que matizar las últimas declaraciones suyas y de sus colegas en la Reserva Federal sobre eventual alza de tasas básicas. Reiterando una actitud habitual desde que apoya la reelección de George W.Bush, Greenspan salió a decir que “la inflación no preocupa demasiado”. Pero no llegó a descartar aumentos de tipos referenciales (hubiese sido demasiado).

Al cierre en Nueva York, las letras a diez años recobraron casi 2% (a US$ 15,65 por cada mil nominales), lo cual redujo la tasa a 4,68% anual. Ahora dependen de qué haga el comité de mercado abierto de la RF. Su próxima reunión cae en 29 y el 30. Después, quedarán sólo cuatro en el año y tres antes de los comicios de noviembre.

Por su parte, el departamento federal de Trabajo informa que su índice de precios al consumidor subió 0,6% en mayo, contra el 0,5% promedio previsto por 68 analistas en una encuesta de Bloomberg’s. Pero la clave del brote optimista reside en el indicador que excluye alimentos, energía y combustibles: avanzó sólo 0,2% (como anticiparon esos mismos expertos) y queda bajo el 0,3% de abril.

Esto podría influir sobre el comité monetario de la RF y postergar hasta julio el ajuste de tasas básicas. Se explica, pues, que los principales paneles bursátiles recobraran 0,37% (Dow Jones industrial), 0,56% (Standard&Poor’s 500) y 1,33% (Nasdaq compuesto).

En verdad, la caída de rindes significa que los precios al contado de letras y bonos federales pegaron el martes el salto más pronunciado desde enero de 2001. Por una razón más bien especulativa o psicológica: un índice de precios minoristas subió un poquito menos de lo esperado.

Además, apretado desde la Casa Blanca, Alan Greenspan tuvo que matizar las últimas declaraciones suyas y de sus colegas en la Reserva Federal sobre eventual alza de tasas básicas. Reiterando una actitud habitual desde que apoya la reelección de George W.Bush, Greenspan salió a decir que “la inflación no preocupa demasiado”. Pero no llegó a descartar aumentos de tipos referenciales (hubiese sido demasiado).

Al cierre en Nueva York, las letras a diez años recobraron casi 2% (a US$ 15,65 por cada mil nominales), lo cual redujo la tasa a 4,68% anual. Ahora dependen de qué haga el comité de mercado abierto de la RF. Su próxima reunión cae en 29 y el 30. Después, quedarán sólo cuatro en el año y tres antes de los comicios de noviembre.

Por su parte, el departamento federal de Trabajo informa que su índice de precios al consumidor subió 0,6% en mayo, contra el 0,5% promedio previsto por 68 analistas en una encuesta de Bloomberg’s. Pero la clave del brote optimista reside en el indicador que excluye alimentos, energía y combustibles: avanzó sólo 0,2% (como anticiparon esos mismos expertos) y queda bajo el 0,3% de abril.

Esto podría influir sobre el comité monetario de la RF y postergar hasta julio el ajuste de tasas básicas. Se explica, pues, que los principales paneles bursátiles recobraran 0,37% (Dow Jones industrial), 0,56% (Standard&Poor’s 500) y 1,33% (Nasdaq compuesto).

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