Una franja especulativa donde lo malo resulta bueno y viceversa

Las malas noticias se tornan buenas para quienes especulan a costa de empresas (y países) al borde de la bancarrota. Por eso, la paulatina reactivación económica norteamericana no los ayuda a esos buitres, pues ahora es más fácil financiar deudas.

1 diciembre, 2005

No obstante, esta clase de especuladores está segura de que, tarde o temprano, las cosas volverán a empeorar (o sea, mejorar). Se comportan como buitres y, si la plaza les es adversa, son como la troyana Casandra: anuncian cada noche nuevas desgracias, aunque nadie les crea.

En la presente instancia, subrayan potenciales catalistas de problemas. Hasta octubre, el aumento de crudos y derivados; desde enotonces, el alza en tipos de interés, los crecientes y traumáticos déficit públicos en Estados Unidos, un dólar inestable o una fenomenal burbuja inmobiliaria siempre a punto de estallar (un departamento chico en Miami pasa ya de US$ 250.000), pero que no estalla.

Tal vez el mayor detonante sea el riesgo asumido por bancos y otras instituciones cuando les prestan a compañías inestables o muy endeudadas. Ocurre ahora lo mismo con Calpine, la mayor compañía eléctrica independiente y sus deudas por US$ 17.000 millones.

Así, 7% de los bonos chatarra emitidos en 2004 por el sector privado –la mayor proporción jamás alcanzada, señala Crédit Suisse First Boston- fue calificado CCC por Standard & Poor’s. La misma fuente estima que esa masa será mayor a fin de este año, teniendo en cuenta los apuros de General Motors y Ford Motor.

Todo es cuestión de tiempo. ¿En qué punto un auge se convierte en corrida y los buitres recogen la cosecha? Algunos especuladores profesionales (en particular, fondos especializados en jugadores millonarios y derivativos) esperan que los ceses de pagos empresarios vuelvan a multiplicarse desde junio próximo. Otros admiten que eso ocurrirá recién a mediados de 2007. En verdad, estas quiebras disminuyeron a 0,44% sobre todos los bonos basura en circulación, entre julio de 2004 y junio pasado. La cifra está muy lejos del máximo histórico de 15,4% registrado por CSFB en 2002.

Luego de la crisis sistémica internacional iniciada en Asia sudoriental (julio de 1997), los buitres reinvirtieron velozmente en esa región. Ya en 2004, Thai Oil Co absorbía bonos por un monto 25% superior al de 1996. Entre julio de 2004 y junio último, la banca china aceleró la liquidación de malas acreencias, pues el gobierno estaba recibiendo un flujo creciente de liquidez exógena. Con más de US$ 500.000 millones de esas acreencias en cartera, la oportunidad era excelente para los buitres.

Pero el panorama es inverso en EE.UU. Años atrás, esos especuladores hicieron fortunas colocándose en deudas de empresas tan grandes como conocidas (la ex WorldCom, Qualcomm, etc.). Hoy, apelan a firmas más pequeñas, las únicas que siguen con problemas de financiamiento y recrurren a la usura de guante blanco. Pero los buitres están seguros de que el ciclo virtuoso se agotará y no prestan oídos a los optimistas informes del FMI, el Banco Mundial ni la OCDE.

.

No obstante, esta clase de especuladores está segura de que, tarde o temprano, las cosas volverán a empeorar (o sea, mejorar). Se comportan como buitres y, si la plaza les es adversa, son como la troyana Casandra: anuncian cada noche nuevas desgracias, aunque nadie les crea.

En la presente instancia, subrayan potenciales catalistas de problemas. Hasta octubre, el aumento de crudos y derivados; desde enotonces, el alza en tipos de interés, los crecientes y traumáticos déficit públicos en Estados Unidos, un dólar inestable o una fenomenal burbuja inmobiliaria siempre a punto de estallar (un departamento chico en Miami pasa ya de US$ 250.000), pero que no estalla.

Tal vez el mayor detonante sea el riesgo asumido por bancos y otras instituciones cuando les prestan a compañías inestables o muy endeudadas. Ocurre ahora lo mismo con Calpine, la mayor compañía eléctrica independiente y sus deudas por US$ 17.000 millones.

Así, 7% de los bonos chatarra emitidos en 2004 por el sector privado –la mayor proporción jamás alcanzada, señala Crédit Suisse First Boston- fue calificado CCC por Standard & Poor’s. La misma fuente estima que esa masa será mayor a fin de este año, teniendo en cuenta los apuros de General Motors y Ford Motor.

Todo es cuestión de tiempo. ¿En qué punto un auge se convierte en corrida y los buitres recogen la cosecha? Algunos especuladores profesionales (en particular, fondos especializados en jugadores millonarios y derivativos) esperan que los ceses de pagos empresarios vuelvan a multiplicarse desde junio próximo. Otros admiten que eso ocurrirá recién a mediados de 2007. En verdad, estas quiebras disminuyeron a 0,44% sobre todos los bonos basura en circulación, entre julio de 2004 y junio pasado. La cifra está muy lejos del máximo histórico de 15,4% registrado por CSFB en 2002.

Luego de la crisis sistémica internacional iniciada en Asia sudoriental (julio de 1997), los buitres reinvirtieron velozmente en esa región. Ya en 2004, Thai Oil Co absorbía bonos por un monto 25% superior al de 1996. Entre julio de 2004 y junio último, la banca china aceleró la liquidación de malas acreencias, pues el gobierno estaba recibiendo un flujo creciente de liquidez exógena. Con más de US$ 500.000 millones de esas acreencias en cartera, la oportunidad era excelente para los buitres.

Pero el panorama es inverso en EE.UU. Años atrás, esos especuladores hicieron fortunas colocándose en deudas de empresas tan grandes como conocidas (la ex WorldCom, Qualcomm, etc.). Hoy, apelan a firmas más pequeñas, las únicas que siguen con problemas de financiamiento y recrurren a la usura de guante blanco. Pero los buitres están seguros de que el ciclo virtuoso se agotará y no prestan oídos a los optimistas informes del FMI, el Banco Mundial ni la OCDE.

.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades