Un índice local en baja derribó el dólar y frenó a Wall Street
La industria en Chicago y su área de influencia retrocedió en abril por segundo mes seguido. Esto diluyó los efectos del aumento de confianza entre consumidores, frenó a las acciones e hizo caer el dólar al mínimo absoluto ante el euro.
Según el informe mensual de la National Association of Purchasing Managers
(Chicago), el índice de actividad manufacturera bajó de 48,4 puntos
en marzo a 47,6 en abril (-1,65%). Cifras inferiores a cincuenta señalan
que el sector se contrae. En los mercados, la novedad prácticamente neutralizó
los efectos estimulantes del indicador de confianza entre consumidores (Conference
Board, Nueva York) y su alza de 8,3%.
Por un lado, los principales paneles de Wall Street, ya perturbados por el déficit
fiscal, se replegaron y hasta perdieron algunas décimas. Por el otro, el
dólar se mostró súbitamente tan vulnerable que el euro saltó
a US$ 1,118, la mayor cotización desde enero de 1999 y máximo absoluto
desde que esa moneda circula con exclusividad en doce de los quince miembros de
la Unión Europea.
Las señales negativas en el flanco industrial se agregan a presunciones
pesimistas sobre desempleo. Al parecer, ha seguido avanzando en abril. “La
demanda no aparece y las empresas estuvieron acumulando existencias durante más
de un año antes de empezar la guerra”, indica Banc of America Securities.
El indicador de Chicago refleja en general la situación en casi todo el
medio oeste. Por otra parte, convalida datos recogidos por las reservas federales
de Filadelfia y Nueva York en sus áreas respectivas. En síntesis,
el optimismo mostrado -también ayer- por Alan Greenspan ha perdido sustento.
Según el informe mensual de la National Association of Purchasing Managers
(Chicago), el índice de actividad manufacturera bajó de 48,4 puntos
en marzo a 47,6 en abril (-1,65%). Cifras inferiores a cincuenta señalan
que el sector se contrae. En los mercados, la novedad prácticamente neutralizó
los efectos estimulantes del indicador de confianza entre consumidores (Conference
Board, Nueva York) y su alza de 8,3%.
Por un lado, los principales paneles de Wall Street, ya perturbados por el déficit
fiscal, se replegaron y hasta perdieron algunas décimas. Por el otro, el
dólar se mostró súbitamente tan vulnerable que el euro saltó
a US$ 1,118, la mayor cotización desde enero de 1999 y máximo absoluto
desde que esa moneda circula con exclusividad en doce de los quince miembros de
la Unión Europea.
Las señales negativas en el flanco industrial se agregan a presunciones
pesimistas sobre desempleo. Al parecer, ha seguido avanzando en abril. “La
demanda no aparece y las empresas estuvieron acumulando existencias durante más
de un año antes de empezar la guerra”, indica Banc of America Securities.
El indicador de Chicago refleja en general la situación en casi todo el
medio oeste. Por otra parte, convalida datos recogidos por las reservas federales
de Filadelfia y Nueva York en sus áreas respectivas. En síntesis,
el optimismo mostrado -también ayer- por Alan Greenspan ha perdido sustento.
