Señales del FMI e Italia y viaje de Kirchner a Nueva York (7-9)

“El pedido argentino para postergar el pago de US$ 1.000 millones al Fondo es normal”, señaló Rodrigo Rato, director gerente. Por su parte, Italia adoptó una postura contempladora, en vísperas de un viaje presidencial a Estados Unidos.

8 septiembre, 2004

Sin definir la respuesta a la solicitud argentina, Rato no descartó que fuese aceptada. “Existen muchos precedentes en materia de programas convenidos con la entidad”, explicó. De todas maneras, la definición es resorte del directorio, aunque la conducción ejecutiva lo asesore al respecto.

Curiosamente, estas expresiones –formuladas en Sudáfrica- no coinciden con actitudes más rígidas puestas de manifiesto en Chile. En ese momento, Rato dejó de lado los intereses del FMI e insistió en que Argentina elevase el superávit fiscal primario “para mejorar la oferta a los acreedores privados”. Tal ve la reacción en Buenos Aires (vía filtración de un durísimo mensaje, fechado en julio) haya tenido algo que ver.

Sea como fuere, hay crecientes indicios de que Argentina acabará añadiendo incentivos al canje de bonos, aunque recién cuando la Comisión Federal de Valores (SEC) haya dado su veredicto sobre la propuesta completa. Una especie interesada menciona la intervención de entidades similares de la Eurozona (no la tiene en ese nivel) y Japón (aún no actúa en el tema).

Sabiendo de antemano que la excelente ejecución presupuestaria, la mayor recaudación y un PBI en alza influyen en todas las partes, Washington preferiría que se replanteasen las negociaciones con acreedores antes de iniciar presentar la oferta (“road show”). A criterio de analistas locales y del exterior, la recompra de deuda se baraja entre las opciones factibles.

Eso aumentaría la cotización de bonos, tanto los afectados por el cese de pagos como los posteriores y los futuros. La alternativa es impulsada por medios bursátiles porteños y sus voceros en la prensa.

Con la excusa de dos reuniones internacionales más proclives a discursos o al turismo de diplomáticos, funcionarios y asesores que a resultados (asamblea anual de la ONU y “cumbre de la pobreza”, un nombre poco feliz), Néstor Kirchner estará en Manhattan del 18 de septiembre en adelante. Quizá su intención sea, en realidad, quedarse hasta la reunión semestral conjunta del FMI y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF o Banco Mundial), prevista para fin de mes y principios de octubre.

En otro plano, el futuro de los fondos buitres –que manejan “comités de bonistas”, entre otros instrumentos de presión- no se ve promisorio en EE.UU. Pese al jolgorio manifestados por algunos medios locales, el aparente triunfo de una demanda contra un deudor privado argentino es accidental y la situación de fondo es otra.

La clave reside en un fallo algo anterior, que convalida los argumentos de Multicanal (grupo Clarín) contra Huff, un fondo buitre. A juicio de algunos observadores del exterior, la crisis financiera de pagos –provocada por el desplome de la convertibidad y prolongada por las exigencias del FMI en nomnbre de acreedores privados- va en vías de ser contraproducente los “fondos de riesgo” (esto es, buitres).

Como ya dictaminaron jueces alemanes e italianos (respecto de intermediarios que colocaban bonos chatarra en 2000/1, sin aclararlo), los tribunales estadounidenses cuestionan los mecanismos por los cuales esos fondos son hoy acreedores. Tras años de tolerar la “contabilidad creativa” argentina (1991/2001), que dio pábulo a la venta de bonos de mala calidad, el Fondo abrió el camino a abusos. Uno fue la recompra de deuda a precios exiguos por parte de los buitres.

Sin definir la respuesta a la solicitud argentina, Rato no descartó que fuese aceptada. “Existen muchos precedentes en materia de programas convenidos con la entidad”, explicó. De todas maneras, la definición es resorte del directorio, aunque la conducción ejecutiva lo asesore al respecto.

Curiosamente, estas expresiones –formuladas en Sudáfrica- no coinciden con actitudes más rígidas puestas de manifiesto en Chile. En ese momento, Rato dejó de lado los intereses del FMI e insistió en que Argentina elevase el superávit fiscal primario “para mejorar la oferta a los acreedores privados”. Tal ve la reacción en Buenos Aires (vía filtración de un durísimo mensaje, fechado en julio) haya tenido algo que ver.

Sea como fuere, hay crecientes indicios de que Argentina acabará añadiendo incentivos al canje de bonos, aunque recién cuando la Comisión Federal de Valores (SEC) haya dado su veredicto sobre la propuesta completa. Una especie interesada menciona la intervención de entidades similares de la Eurozona (no la tiene en ese nivel) y Japón (aún no actúa en el tema).

Sabiendo de antemano que la excelente ejecución presupuestaria, la mayor recaudación y un PBI en alza influyen en todas las partes, Washington preferiría que se replanteasen las negociaciones con acreedores antes de iniciar presentar la oferta (“road show”). A criterio de analistas locales y del exterior, la recompra de deuda se baraja entre las opciones factibles.

Eso aumentaría la cotización de bonos, tanto los afectados por el cese de pagos como los posteriores y los futuros. La alternativa es impulsada por medios bursátiles porteños y sus voceros en la prensa.

Con la excusa de dos reuniones internacionales más proclives a discursos o al turismo de diplomáticos, funcionarios y asesores que a resultados (asamblea anual de la ONU y “cumbre de la pobreza”, un nombre poco feliz), Néstor Kirchner estará en Manhattan del 18 de septiembre en adelante. Quizá su intención sea, en realidad, quedarse hasta la reunión semestral conjunta del FMI y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF o Banco Mundial), prevista para fin de mes y principios de octubre.

En otro plano, el futuro de los fondos buitres –que manejan “comités de bonistas”, entre otros instrumentos de presión- no se ve promisorio en EE.UU. Pese al jolgorio manifestados por algunos medios locales, el aparente triunfo de una demanda contra un deudor privado argentino es accidental y la situación de fondo es otra.

La clave reside en un fallo algo anterior, que convalida los argumentos de Multicanal (grupo Clarín) contra Huff, un fondo buitre. A juicio de algunos observadores del exterior, la crisis financiera de pagos –provocada por el desplome de la convertibidad y prolongada por las exigencias del FMI en nomnbre de acreedores privados- va en vías de ser contraproducente los “fondos de riesgo” (esto es, buitres).

Como ya dictaminaron jueces alemanes e italianos (respecto de intermediarios que colocaban bonos chatarra en 2000/1, sin aclararlo), los tribunales estadounidenses cuestionan los mecanismos por los cuales esos fondos son hoy acreedores. Tras años de tolerar la “contabilidad creativa” argentina (1991/2001), que dio pábulo a la venta de bonos de mala calidad, el Fondo abrió el camino a abusos. Uno fue la recompra de deuda a precios exiguos por parte de los buitres.

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