SEC: investiga a la CIA por maniobras de insiders trading

George Tenet, entonces jefe de la agencia, creó en 1999 el fondo inversor In-Q-Tel para financiar emprendimientos tecnológicos relevantes a la defensa norteamericana. Ahora, la firma está en la mira de la comisión fewdral de valores.

28 abril, 2005

Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, In-Q-Tel recibió nuevo impulso y, en cuatro años, acumuló una cartera de sesenta sociedades. Siendo emprendedoras a riesgo o muy pequeñas, al principio no se registran en bolsa. Más tarde, algunas se lanzan al mercado porque tienen más volumen o giro.

Una ellas era Ionatron, firma de Arizona que desarrolla armas láser. En septiembre de 2003, cuando aún no cotizaba en Wall Street, el fondo de la CIA colocó US$ 500.000 en la empresa, a razón de 69 centavos por acción. En abril de 2004, Ionatron tomó una firma agonizante, pero registrada en el Nasdaq, panel tecnológico por excelencia.

De inmediato, la acción de la nueva Ionatron debutó en bolsa a tres dólares.Después. Gracias a una campaña de marketing bursátil, basado en contratos con el gobierno federal, In-Q-Tel infló el papel hasta US$ 10,40 (mediados de marzo último). En ese punto, el 21 de ese mes más de cincuenta inversores con contactos internos vendieron de golpe todas sus tenencias y el títuló se derrumbó a 6,60.

Como lo revelan documentos en poder de la Securities & Exchange Commission, los “insiders” eran ejecutivos de In-Q-Tel (75% de los papeles vendidos) y funcionarios de la propia CIA, vía un fondo jubilatorio. De una forma u otra, cada persona involucrada en el golpe vendió con 1.400% de ganancia y recibió hasta US$ 50.000. A su vez, la SEC descubrió otras dos sociedades en la cartera In-Q-Tel involucradas para iguales maniobras, Electro-Energy y Convera.

Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, In-Q-Tel recibió nuevo impulso y, en cuatro años, acumuló una cartera de sesenta sociedades. Siendo emprendedoras a riesgo o muy pequeñas, al principio no se registran en bolsa. Más tarde, algunas se lanzan al mercado porque tienen más volumen o giro.

Una ellas era Ionatron, firma de Arizona que desarrolla armas láser. En septiembre de 2003, cuando aún no cotizaba en Wall Street, el fondo de la CIA colocó US$ 500.000 en la empresa, a razón de 69 centavos por acción. En abril de 2004, Ionatron tomó una firma agonizante, pero registrada en el Nasdaq, panel tecnológico por excelencia.

De inmediato, la acción de la nueva Ionatron debutó en bolsa a tres dólares.Después. Gracias a una campaña de marketing bursátil, basado en contratos con el gobierno federal, In-Q-Tel infló el papel hasta US$ 10,40 (mediados de marzo último). En ese punto, el 21 de ese mes más de cincuenta inversores con contactos internos vendieron de golpe todas sus tenencias y el títuló se derrumbó a 6,60.

Como lo revelan documentos en poder de la Securities & Exchange Commission, los “insiders” eran ejecutivos de In-Q-Tel (75% de los papeles vendidos) y funcionarios de la propia CIA, vía un fondo jubilatorio. De una forma u otra, cada persona involucrada en el golpe vendió con 1.400% de ganancia y recibió hasta US$ 50.000. A su vez, la SEC descubrió otras dos sociedades en la cartera In-Q-Tel involucradas para iguales maniobras, Electro-Energy y Convera.

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