Se vislumbra larga inestabilidad global -afirma un fondo líder- por excesos especulativos”

“El horizonte económico mundial es el mas incierto en dos décadas y seguirá así por años”, sostiene Pimco, quizá la mayor cartera de bonos. Curiosamente, poco antes el FMI insistía en que sube el ritmo de crecimiento.

17 junio, 2004

La visión de William Gross, director de inversiones en Pimco, es llamativamente pesimista de hoy a veinte años. Por supuesto, sus pronósticos hacen tanto a la economía física cuanto a la financiera, es decir a los mercados de riesgo.

“Circula demasiada deuda, hay alto riesgo geopolítico –bélico- y una larga serie de burbujas ha ido creando, desde fines de los 80, un contexto sumamente inestable, donde los mercados pueden darse vuelta en cualquier momento”, señala el influyente manager en una entrevista con el “Financial times”.

A su juicio, “la economía internacional vive apalancada, particularmente en Estados Unidos y Japón”. Apalancar significa comprar activos financiándolos con deuda emitida por el vendedor o, en forma alternativa, pagar deuda vieja con deuda nueva, naturalmente más cara. Eso refleja la masiva emisión de letras y bonos de la Tesorería norteamericana, para solventar un endeudamiento federal que crece a razón de US$ 500.000 millones por año.

Al mismo tiempo, “la deuda de los consumidores –US$ 7.400 millones en EE.UU, fin de marzo- y las empresas, agregada a la del gobierno y a vaivenes en tipos de interés, magnifica cualquier movimiento en los mercados y puede hundir el barco”.

Pimco maneja US$ 400.000 millones nominales en bonos, de los cuales un tercio emitido fuera de EE.UU. Durante los últimos años, sus rindes han superado a los promedios de mercado. Por ende, Gross es uno de los pocos administradores cuyas opiniones pueden influir directamente en el plan global.

El experto detecta burbujas también en productos primarios, bienes raíces (Gran Bretaña) y el dólar. “La divisa norteamericano está siendo sostenida por la benevolencia de chinos y japoneses. De no mediar eso, habría caído 10% ante el euro o 20% ante el yen y el yüan. Pero, tarde o temprano, Tokio y Beijing cambiarán de política”.

Tanta volatilidad económica se origina, afirma Gross, en “el auge de la alquimia financiera. En particular, el abuso de instrumentos derivativos vía fondos de cubertura”. Inclusive los grandes bancos “toman dinero a corto plazo y lo colocan a largo, haciendo cosas que nunca habían soñado. Ergo, la economía en general afronta riesgos inimaginables hace apenas cinco años”.

Gross, como los megafinancistas Warren Buffett y George Sörös o los economistas Paul Krugman y Jeffrey Sachs, sostiene que “los fondos de cubertura deben ser regulados porque, en realidad, operan como bancos sin ley. Se parecen tremendamente uno a otro en el apalancamiento y han invadido el campo accionario, los bienes raíces y los productos básicos. El colapso de Long Term Capital Management, en 1998, se debió a que por cada dólar de sustento había generado cincuenta de aire. Esto continúa haciéndose”.

La visión de William Gross, director de inversiones en Pimco, es llamativamente pesimista de hoy a veinte años. Por supuesto, sus pronósticos hacen tanto a la economía física cuanto a la financiera, es decir a los mercados de riesgo.

“Circula demasiada deuda, hay alto riesgo geopolítico –bélico- y una larga serie de burbujas ha ido creando, desde fines de los 80, un contexto sumamente inestable, donde los mercados pueden darse vuelta en cualquier momento”, señala el influyente manager en una entrevista con el “Financial times”.

A su juicio, “la economía internacional vive apalancada, particularmente en Estados Unidos y Japón”. Apalancar significa comprar activos financiándolos con deuda emitida por el vendedor o, en forma alternativa, pagar deuda vieja con deuda nueva, naturalmente más cara. Eso refleja la masiva emisión de letras y bonos de la Tesorería norteamericana, para solventar un endeudamiento federal que crece a razón de US$ 500.000 millones por año.

Al mismo tiempo, “la deuda de los consumidores –US$ 7.400 millones en EE.UU, fin de marzo- y las empresas, agregada a la del gobierno y a vaivenes en tipos de interés, magnifica cualquier movimiento en los mercados y puede hundir el barco”.

Pimco maneja US$ 400.000 millones nominales en bonos, de los cuales un tercio emitido fuera de EE.UU. Durante los últimos años, sus rindes han superado a los promedios de mercado. Por ende, Gross es uno de los pocos administradores cuyas opiniones pueden influir directamente en el plan global.

El experto detecta burbujas también en productos primarios, bienes raíces (Gran Bretaña) y el dólar. “La divisa norteamericano está siendo sostenida por la benevolencia de chinos y japoneses. De no mediar eso, habría caído 10% ante el euro o 20% ante el yen y el yüan. Pero, tarde o temprano, Tokio y Beijing cambiarán de política”.

Tanta volatilidad económica se origina, afirma Gross, en “el auge de la alquimia financiera. En particular, el abuso de instrumentos derivativos vía fondos de cubertura”. Inclusive los grandes bancos “toman dinero a corto plazo y lo colocan a largo, haciendo cosas que nunca habían soñado. Ergo, la economía en general afronta riesgos inimaginables hace apenas cinco años”.

Gross, como los megafinancistas Warren Buffett y George Sörös o los economistas Paul Krugman y Jeffrey Sachs, sostiene que “los fondos de cubertura deben ser regulados porque, en realidad, operan como bancos sin ley. Se parecen tremendamente uno a otro en el apalancamiento y han invadido el campo accionario, los bienes raíces y los productos básicos. El colapso de Long Term Capital Management, en 1998, se debió a que por cada dólar de sustento había generado cincuenta de aire. Esto continúa haciéndose”.

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