Se viene una guerra entre Wall Street, la SEC y los medios

La prensa de Estados Unidos, la New York Stock Exchange y la Securities & Exchange Commission van a un duro conflicto. La NYSE pidió a la SEC limitar la libertad de opinión, tanto a medios generales como especializados.

25 noviembre, 2002

Si la SEC no frenase las presiones de la NYSE (firma que maneja el panel homónimo
y administra el edificio de Wall Street), se generaría una guerra similar
a la que todavía se libra entre la Comisión Europea, las principales
bolsas, analistas y medios. Como ocurre allá, la autoridad bursátil
y la autoridad reguladora arriesgan malquistarse con medios, profesionales y analistas,
dado que se restringiría el libre acceso a información.

Hay un detonante. La semana pasada, Prudential Securities prohibió
a sus propios expertos mantener contactos con periodistas y medios. “Inspirándose”
en esta medida, la NYSE quiere que la SEC obligue a se publiquen o difundan íntegramente
desmentidas y rectificaciones que una empresa exija sobre cifras, opiniones, pronósticos,
evaluaciones, etc., cuando los considere hostiles, inexactos o perjudiciales.

La propuesta involucra a analistas, consultores y banqueros de inversión.
En realidad, parte de esas restricciones se aplica desde julio a entrevistas por
TV. Pero, sostienen diarios y revistas, “imponer esos criterios a la prensa
gráfica tendrá consecuencias imprevisibles y será resistido
por los medios afectados”. Son palabras de Charles Jaffe, columnista experto
en finanzas personales (Boston Globe) y presidente de la Society of
American Business Editors & Writers
. “Los periódicos tienen
espacio limitado, en cuanto a publicar desmentidas o enmiendas no prescriptas
por instancias judiciales. Si no se puede reportear con libertad a los analistas,
fatalmente habrá más riesgos de datos falsos o incompletos”.

La veda aparece disimulada en un paquete de medidas aprobadas por el directorio
del NYSE, presuntamente orientado a prevenir abusos en materia de gobierno y conducción
de firmas cotizantes. El New York Times y otros diarios temen que, en realidad,
se trate de maniobras corporativas para que no sigan apareciendo o difundiéndose
escándalos tipo Enron, WorldCom, Arthur Andersen o
Adelphia. En rigor, la propuesta obligaría a incluir desmentidas,
correcciones y aclaraciones junto con análisis y comentarios. Pero los
medios la interpretan como un velado intento de censurar informaciones.

La SEC no quiso hablar del tema (en parte, porque sigue acéfala). No obstante,
pronto debe publicar las propuestas de la NYSE e invitar a que se formulen comentarios
e impugnaciones. Si el ejemplo europeo se repite, la guerra consiguiente tendrá
para largo rato.

Si la SEC no frenase las presiones de la NYSE (firma que maneja el panel homónimo
y administra el edificio de Wall Street), se generaría una guerra similar
a la que todavía se libra entre la Comisión Europea, las principales
bolsas, analistas y medios. Como ocurre allá, la autoridad bursátil
y la autoridad reguladora arriesgan malquistarse con medios, profesionales y analistas,
dado que se restringiría el libre acceso a información.

Hay un detonante. La semana pasada, Prudential Securities prohibió
a sus propios expertos mantener contactos con periodistas y medios. “Inspirándose”
en esta medida, la NYSE quiere que la SEC obligue a se publiquen o difundan íntegramente
desmentidas y rectificaciones que una empresa exija sobre cifras, opiniones, pronósticos,
evaluaciones, etc., cuando los considere hostiles, inexactos o perjudiciales.

La propuesta involucra a analistas, consultores y banqueros de inversión.
En realidad, parte de esas restricciones se aplica desde julio a entrevistas por
TV. Pero, sostienen diarios y revistas, “imponer esos criterios a la prensa
gráfica tendrá consecuencias imprevisibles y será resistido
por los medios afectados”. Son palabras de Charles Jaffe, columnista experto
en finanzas personales (Boston Globe) y presidente de la Society of
American Business Editors & Writers
. “Los periódicos tienen
espacio limitado, en cuanto a publicar desmentidas o enmiendas no prescriptas
por instancias judiciales. Si no se puede reportear con libertad a los analistas,
fatalmente habrá más riesgos de datos falsos o incompletos”.

La veda aparece disimulada en un paquete de medidas aprobadas por el directorio
del NYSE, presuntamente orientado a prevenir abusos en materia de gobierno y conducción
de firmas cotizantes. El New York Times y otros diarios temen que, en realidad,
se trate de maniobras corporativas para que no sigan apareciendo o difundiéndose
escándalos tipo Enron, WorldCom, Arthur Andersen o
Adelphia. En rigor, la propuesta obligaría a incluir desmentidas,
correcciones y aclaraciones junto con análisis y comentarios. Pero los
medios la interpretan como un velado intento de censurar informaciones.

La SEC no quiso hablar del tema (en parte, porque sigue acéfala). No obstante,
pronto debe publicar las propuestas de la NYSE e invitar a que se formulen comentarios
e impugnaciones. Si el ejemplo europeo se repite, la guerra consiguiente tendrá
para largo rato.

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