Se desploma el dólar, a causa del déficit corriente en EE.UU.

Esta semana, el dólar tocó los mínimos en tres años contra el yen (120,90) y el euro se acercó a los picos desde 2000 (US$ 1,0235). Ello se debe a que el déficit en pagos corrientes casi quiebra su récord y traba el repunte de la economía real.

14 diciembre, 2002

Las cuentas corrientes incluyen comercio e inversiones y su rojo significa que Estados Unidos precisa absorber diariamente casi US$ 1.400 millones para sostener el valor internacional de su divisa. Por el contrario, Japón y Eurolandia (los doce adherentes a la moneda común) mantienen superávit en pagos corrientes.

“Sin llegar al extremo registrado hace dos trimestres, que implicaba necesidades diarias cercanas a los US$ 2.000 millones, la situación actual exige un volumen enorme de financiamiento a costa de ahorristas e inversores externos”, comentaba por televisión anoche Stephen Roach, influyente analista de Morgan Stanley. “Como receta para crecer, es un dislate insostenible. Tanto que, durante 2003, el dólar puede ceder hasta 10% extra”.

Roach y algunos colegas estiman que, el año entrante, la divisa referencial podría caer a ¥ 110 y el euro podría repuntar hacia US$ 1,08/10. La brecha negativa en cuenta corriente para el III trimestre, contra lo estimado días atrás por otras fuentes (US$ 132.000 millones), afloja a 127.000 millones según el departamento de Comercio. Por tanto, no llega al récord de US$ 127.600 millones registrado el trimestre anterior (132.000 de acuerdo con la otra proyección).

“Este déficit ya es un dato estructural, lo mismo que la falta de ahorro interno o el sobrendeudamiento del gobierno federal y los consumidores. Por ende, vivimos un proceso de largo plazo en desmedro del dólar”. Así afirma un estudio del Bank of New York. En verdad, la inversión externa directa ha bajado de US$ 245.000 a 34.000 millones anuales entre 1999 y 2002.

Las cuentas corrientes incluyen comercio e inversiones y su rojo significa que Estados Unidos precisa absorber diariamente casi US$ 1.400 millones para sostener el valor internacional de su divisa. Por el contrario, Japón y Eurolandia (los doce adherentes a la moneda común) mantienen superávit en pagos corrientes.

“Sin llegar al extremo registrado hace dos trimestres, que implicaba necesidades diarias cercanas a los US$ 2.000 millones, la situación actual exige un volumen enorme de financiamiento a costa de ahorristas e inversores externos”, comentaba por televisión anoche Stephen Roach, influyente analista de Morgan Stanley. “Como receta para crecer, es un dislate insostenible. Tanto que, durante 2003, el dólar puede ceder hasta 10% extra”.

Roach y algunos colegas estiman que, el año entrante, la divisa referencial podría caer a ¥ 110 y el euro podría repuntar hacia US$ 1,08/10. La brecha negativa en cuenta corriente para el III trimestre, contra lo estimado días atrás por otras fuentes (US$ 132.000 millones), afloja a 127.000 millones según el departamento de Comercio. Por tanto, no llega al récord de US$ 127.600 millones registrado el trimestre anterior (132.000 de acuerdo con la otra proyección).

“Este déficit ya es un dato estructural, lo mismo que la falta de ahorro interno o el sobrendeudamiento del gobierno federal y los consumidores. Por ende, vivimos un proceso de largo plazo en desmedro del dólar”. Así afirma un estudio del Bank of New York. En verdad, la inversión externa directa ha bajado de US$ 245.000 a 34.000 millones anuales entre 1999 y 2002.

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