Sacrificio en el altar de la globalización

El Jubilee Debt Programme Centre for International Finance and Governance, de la londinense New Economics Foundation realizó en la mañana del l unes 14 de enero una conferencia de prensa a cargo de la directora del programa, Ann Pettifor. Con la presencia de presencia de Mario Cafiero, diputado nacional por el ARI (Argentina por una República de Iguales) .
Pettifor dijo: “La crisis en Argentina habría sido menos letal si el país hubiera tenido un esquema de justicia que permitiera al insolvente gobierno de la nación declarar la cesación de los pagos de su deuda. En cambio, a la Argentina se la está sacrificando ante el altar de la globalización, mientras a millones de argentinos se los priva de sus derechos humanos”.

“Hoy lanzamos el Sistema Jubilee, una propuesta para un proceso de quiebra internacional, que permitiría que la crisis argentina se resuelva de una manera ordenada, justa y democrática. Demostramos aquí que un sistema de arbitraje ad hoc como el que proponemos podría ser puesto en práctica desde mañana mismo – y rechazamos los argumentos de la señora Kreuger del FMI, quien afirma que un sistema de insolvencia de ese tipo necesitaría más de dos años para ser instalado.

Mario Cafiero dijo en su exposición:

“Estoy aquí en Londres hoy para respaldar al Jubilee Framework for International Insolvency, porque creo que sólo con un sistema de ese tipo puede haber solución para la crisis argentina; y sólo con un sistema así de justicia internacional podremos llevar ante la justicia a los responsables de la crisis.

“La crisis en Argentina no solamente es una lección para la clase política del país, sino también para aquellos que apoyaron y conspiraron con la clase política de Argentina. Esto incluye a nuestros ciudadanos más adinerados, pero también al FMI, a los bancos británicos, españoles y alemanes y a las empresas multinacionales, quienes se beneficiaron con las medidas de Domingo Cavallo.

“Los ganadores del modelo económico de Cavallo fueron los bancos británicos, españoles, alemanes y estadounidenses que se beneficiaron con tasas de interés usurarias. También ganaron empresas españolas como Telefónica y Repsol (60% de sus ganancias provienen de Argentina) quienes se beneficiaron excesivamente con la privatización de los activos argentinos. Pero los argentinos ricos, ayudados por bancos como el HSBC y el Lloyds, lograron exportar durante más de diez años más de $130.000 millones en riqueza a través de mecanismos que permitían la fuga de capitales y que proporcionaban tanto los bancos nacionales como los extranjeros.

“Perdió la gente común, los nuevos pobres. Cada día, antes de que estallara la crisis, 1000 personas caían por debajo de la línea de pobreza. Hoy, 30% de la población vive en la pobreza.

“El FMI es co-responsible de esas masivas transferencias de riqueza, tanto dentro como fuera de la Argentina. El FMI comparte la responsabilidad de las medidas económicas que llevaron a la Argentina hacia el acantilado de la recesión y a la quiebra efectiva. Por lo tanto, el FMI no tiene derecho a tomar distancia de la crisis, y ciertamente no puede jugar un papel desinteresado en la resolución de la crisis argentina.

“Necesitamos un panel independiente ad-hoc para investigar la relación entre la inmensa deuda argentina, la fuga de capitales y el fraude fiscal. Por eso es que necesitamos un proceso de insolvencia internacional como el del Jubilee Framework para lograr una solución independiente de esta crisis”.

“Los bancos británicos, como el HSBC y el Lloyds Bank tienen que honrar sus deudas con la gente de Argentina, que les confió $6.000 millones de sus ahorros y el dinero que ganó con esfuerzo. Yo pido hoy a los bancos británicos que tranquilicen a los argentinos declarando públicamente su compromiso de devolver esos ahorros al pueblo argentino”.

“Estoy seguro de que si un banco extranjero retuviera $6.000 millones de los británicos se produciría un escándalo en este país”.

“Lamentablemente, 50% de los ahorros del argentino común está hoy en bancos extranjeros, gracias al consejo del FMI, que alentó la liberalización del sector financiero argentino.

El Jubilee Debt Programme Centre for International Finance and Governance, de la londinense New Economics Foundation realizó en la mañana del l unes 14 de enero una conferencia de prensa a cargo de la directora del programa, Ann Pettifor. Con la presencia de presencia de Mario Cafiero, diputado nacional por el ARI (Argentina por una República de Iguales) .
Pettifor dijo: “La crisis en Argentina habría sido menos letal si el país hubiera tenido un esquema de justicia que permitiera al insolvente gobierno de la nación declarar la cesación de los pagos de su deuda. En cambio, a la Argentina se la está sacrificando ante el altar de la globalización, mientras a millones de argentinos se los priva de sus derechos humanos”.

“Hoy lanzamos el Sistema Jubilee, una propuesta para un proceso de quiebra internacional, que permitiría que la crisis argentina se resuelva de una manera ordenada, justa y democrática. Demostramos aquí que un sistema de arbitraje ad hoc como el que proponemos podría ser puesto en práctica desde mañana mismo – y rechazamos los argumentos de la señora Kreuger del FMI, quien afirma que un sistema de insolvencia de ese tipo necesitaría más de dos años para ser instalado.

Mario Cafiero dijo en su exposición:

“Estoy aquí en Londres hoy para respaldar al Jubilee Framework for International Insolvency, porque creo que sólo con un sistema de ese tipo puede haber solución para la crisis argentina; y sólo con un sistema así de justicia internacional podremos llevar ante la justicia a los responsables de la crisis.

“La crisis en Argentina no solamente es una lección para la clase política del país, sino también para aquellos que apoyaron y conspiraron con la clase política de Argentina. Esto incluye a nuestros ciudadanos más adinerados, pero también al FMI, a los bancos británicos, españoles y alemanes y a las empresas multinacionales, quienes se beneficiaron con las medidas de Domingo Cavallo.

“Los ganadores del modelo económico de Cavallo fueron los bancos británicos, españoles, alemanes y estadounidenses que se beneficiaron con tasas de interés usurarias. También ganaron empresas españolas como Telefónica y Repsol (60% de sus ganancias provienen de Argentina) quienes se beneficiaron excesivamente con la privatización de los activos argentinos. Pero los argentinos ricos, ayudados por bancos como el HSBC y el Lloyds, lograron exportar durante más de diez años más de $130.000 millones en riqueza a través de mecanismos que permitían la fuga de capitales y que proporcionaban tanto los bancos nacionales como los extranjeros.

“Perdió la gente común, los nuevos pobres. Cada día, antes de que estallara la crisis, 1000 personas caían por debajo de la línea de pobreza. Hoy, 30% de la población vive en la pobreza.

“El FMI es co-responsible de esas masivas transferencias de riqueza, tanto dentro como fuera de la Argentina. El FMI comparte la responsabilidad de las medidas económicas que llevaron a la Argentina hacia el acantilado de la recesión y a la quiebra efectiva. Por lo tanto, el FMI no tiene derecho a tomar distancia de la crisis, y ciertamente no puede jugar un papel desinteresado en la resolución de la crisis argentina.

“Necesitamos un panel independiente ad-hoc para investigar la relación entre la inmensa deuda argentina, la fuga de capitales y el fraude fiscal. Por eso es que necesitamos un proceso de insolvencia internacional como el del Jubilee Framework para lograr una solución independiente de esta crisis”.

“Los bancos británicos, como el HSBC y el Lloyds Bank tienen que honrar sus deudas con la gente de Argentina, que les confió $6.000 millones de sus ahorros y el dinero que ganó con esfuerzo. Yo pido hoy a los bancos británicos que tranquilicen a los argentinos declarando públicamente su compromiso de devolver esos ahorros al pueblo argentino”.

“Estoy seguro de que si un banco extranjero retuviera $6.000 millones de los británicos se produciría un escándalo en este país”.

“Lamentablemente, 50% de los ahorros del argentino común está hoy en bancos extranjeros, gracias al consejo del FMI, que alentó la liberalización del sector financiero argentino.