Polémica por el secreto bancario

El sociólogo suizo Ziegler hizo un alegato a favor de su abolición, y aseguró que los banqueros suizos "hacen fructificar más de US$ 3 billones de fortunas privadas extranjeras".

2 marzo, 2001

(EFE).- El conocido sociólogo suizo Jean Ziegler hizo hoy (viernes 2) un apasionado alegato en la prensa a favor de la abolición del secreto bancario en su país y dice que la Unión Europea no se dejará impresionar por la defensa que de él hace el Gobierno federal.

Según Ziegler, ex parlamentario socialista y autor de diversos libros muy críticos con el mundo financiero helvético, Suiza, con 27% del mercado financiero off-shore del mundo, está muy por delante de Luxemburgo y los diversos paraísos fiscales del Caribe y del Medio Oriente.

En un artículo publicado hoy en el diario La Tribune de Geneve, Ziegler explica que, amparándose en ese secreto, los banqueros suizos “hacen fructificar más de US$ 3 billones de fortunas privadas extranjeras”.

“Todo el mundo, incluidos algunos banqueros, admite que alrededor de 80% de esos clientes confían sus capitales a los establecimientos helvéticos para beneficiarse del secreto bancario”, escribe Ziegler.

Ziegler señala que el dinero de las mafias que llega a Suiza no goza, sin embargo, de una protección absoluta, porque el secreto bancario puede levantarse si el dinero de una cuenta es de origen criminal.

El problema, para el sociólogo suizo, es que en este país, la justicia, la policía y las leyes penales son competencia de los cantones, y “sólo Ginebra hace esfuerzos reales para impedir la infiltración sistemática de su plaza financiera” por los mafiosos rusos, los narcotraficantes suramericanos o los jefes de las tríadas chinas.

“El dinero de la corrupción y del saqueo de los Estados del Tercer Mundo por el contrario está perfectamente protegido, critica el sociólogo y ensayista suizo, según el cual “su neutralidad política y el cinismo de la extrema competencia de sus banqueros” hacen que los dictadores del Tercer Mundo prefieran colocar su dinero en la plaza financiera suiza.

“Suiza se niega a formar parte de la ONU y no está obligada a poner en práctica un eventual bloqueo económico decidido por el Consejo de Seguridad”, dice Ziegler, según el cual es tal la complejidad de la legislación suiza que muy pocos gobiernos africanos, latinoamericanos o asiáticos recuperarán “más que unas migajas” de las fortunas robadas por sus “tiranos depuestos”.

El mayor negocio de la oligarquía helvética es, según Ziegler, la evasión fiscal internacional, sector en el que Suiza rechaza la ayuda mutua judicial porque la evasión no es aquí un delito penal sino una simple infracción administrativa.

Ziegler señala, sin embargo, que en la cumbre comunitaria de Feira (Portugal) se produjo un auténtico terremoto cuando la Unión Europea decidió instaurar la obligación general de denuncia de los capitales sustraídos al fisco, norma que tiene un “alcance extraterritorial”.

“Se aplica no sólo al territorio de la Unión Europea, sino también a los principales socios comerciales de los Quince y por lo tanto, en primer lugar, a Suiza”, dice Ziegler.

Según el sociólogo, la UE no se dejará impresionar por afirmaciones como las de los ministros de Hacienda y Economía suizos que proclaman que “el secreto bancario no es negociable, pues es un derecho humano que hay que proteger por razones morales”.

(EFE).- El conocido sociólogo suizo Jean Ziegler hizo hoy (viernes 2) un apasionado alegato en la prensa a favor de la abolición del secreto bancario en su país y dice que la Unión Europea no se dejará impresionar por la defensa que de él hace el Gobierno federal.

Según Ziegler, ex parlamentario socialista y autor de diversos libros muy críticos con el mundo financiero helvético, Suiza, con 27% del mercado financiero off-shore del mundo, está muy por delante de Luxemburgo y los diversos paraísos fiscales del Caribe y del Medio Oriente.

En un artículo publicado hoy en el diario La Tribune de Geneve, Ziegler explica que, amparándose en ese secreto, los banqueros suizos “hacen fructificar más de US$ 3 billones de fortunas privadas extranjeras”.

“Todo el mundo, incluidos algunos banqueros, admite que alrededor de 80% de esos clientes confían sus capitales a los establecimientos helvéticos para beneficiarse del secreto bancario”, escribe Ziegler.

Ziegler señala que el dinero de las mafias que llega a Suiza no goza, sin embargo, de una protección absoluta, porque el secreto bancario puede levantarse si el dinero de una cuenta es de origen criminal.

El problema, para el sociólogo suizo, es que en este país, la justicia, la policía y las leyes penales son competencia de los cantones, y “sólo Ginebra hace esfuerzos reales para impedir la infiltración sistemática de su plaza financiera” por los mafiosos rusos, los narcotraficantes suramericanos o los jefes de las tríadas chinas.

“El dinero de la corrupción y del saqueo de los Estados del Tercer Mundo por el contrario está perfectamente protegido, critica el sociólogo y ensayista suizo, según el cual “su neutralidad política y el cinismo de la extrema competencia de sus banqueros” hacen que los dictadores del Tercer Mundo prefieran colocar su dinero en la plaza financiera suiza.

“Suiza se niega a formar parte de la ONU y no está obligada a poner en práctica un eventual bloqueo económico decidido por el Consejo de Seguridad”, dice Ziegler, según el cual es tal la complejidad de la legislación suiza que muy pocos gobiernos africanos, latinoamericanos o asiáticos recuperarán “más que unas migajas” de las fortunas robadas por sus “tiranos depuestos”.

El mayor negocio de la oligarquía helvética es, según Ziegler, la evasión fiscal internacional, sector en el que Suiza rechaza la ayuda mutua judicial porque la evasión no es aquí un delito penal sino una simple infracción administrativa.

Ziegler señala, sin embargo, que en la cumbre comunitaria de Feira (Portugal) se produjo un auténtico terremoto cuando la Unión Europea decidió instaurar la obligación general de denuncia de los capitales sustraídos al fisco, norma que tiene un “alcance extraterritorial”.

“Se aplica no sólo al territorio de la Unión Europea, sino también a los principales socios comerciales de los Quince y por lo tanto, en primer lugar, a Suiza”, dice Ziegler.

Según el sociólogo, la UE no se dejará impresionar por afirmaciones como las de los ministros de Hacienda y Economía suizos que proclaman que “el secreto bancario no es negociable, pues es un derecho humano que hay que proteger por razones morales”.

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