Pese a semana santa y pésaj, Irán se hacía sentir en los mercados

El factor iraní y sus repercusiones políticas globales seguían perturbando algunos mercados. Así, los crudos tejanos rebotaban a más de US$ 69 el barril. Por su parte, el oro volvía a US$ 601,50 la onza y la plata a 12,66.

13 abril, 2006

El presidente Majmud Ahmadinedyad no retrocedió un ápice tras el anuncio de que el país ya está enriqueciendo uranio. Eso sí, reiteró que no se prevén aplicaciones bélicas para el combustible generado que, además, es de bajo grado.

“Ese gobierno marcha en dirección equivocada”, fue la respuesta de Scott McClellan, vocero de la Casa Blanca. Pero, tras el desmentido formulado el lunes por el presidente sobre un plan para bombardear Irán, Washington debió limitarse a manifestar que llevaría el asunto al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Algunos observadores anglosajones estiman que la admisión iraní es un serio golpe para esa entidad en sus esfuerzos para disuadir a Tehrán de continuar con su programa atómico. Washington y Londres estudiarán sanciones a proponer. Como se sabe, el gobierno norteamericano insiste en que el programa de enriquecimiento limitado es una cortina de humo para ocultar la futura fabricación de armas nucleares.

“Hemos comenzado a operar la primera unidad, que abarca 164 centrifugadoras a gas inyectado”, explicaba el mandatario. Rusia, China e India criticaron la decisión iraní, pero no hablaron de sanciones ni, mucho menos, represalias. En la City londinenses y Wall Street, en realidad, nadie creía que Tehrán llegase a fabricar armas de destrucción masiva.

El presidente Majmud Ahmadinedyad no retrocedió un ápice tras el anuncio de que el país ya está enriqueciendo uranio. Eso sí, reiteró que no se prevén aplicaciones bélicas para el combustible generado que, además, es de bajo grado.

“Ese gobierno marcha en dirección equivocada”, fue la respuesta de Scott McClellan, vocero de la Casa Blanca. Pero, tras el desmentido formulado el lunes por el presidente sobre un plan para bombardear Irán, Washington debió limitarse a manifestar que llevaría el asunto al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Algunos observadores anglosajones estiman que la admisión iraní es un serio golpe para esa entidad en sus esfuerzos para disuadir a Tehrán de continuar con su programa atómico. Washington y Londres estudiarán sanciones a proponer. Como se sabe, el gobierno norteamericano insiste en que el programa de enriquecimiento limitado es una cortina de humo para ocultar la futura fabricación de armas nucleares.

“Hemos comenzado a operar la primera unidad, que abarca 164 centrifugadoras a gas inyectado”, explicaba el mandatario. Rusia, China e India criticaron la decisión iraní, pero no hablaron de sanciones ni, mucho menos, represalias. En la City londinenses y Wall Street, en realidad, nadie creía que Tehrán llegase a fabricar armas de destrucción masiva.

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