Pese a la peor crisis en años, Wall St. regala US$ 39.000 millones

Economistas y financistas serios tachan de escandaloso el récord de bonificaciones a ejecutivos por los “éxitos” de 2007. Sólo el cuarto trimestre acumula quebrantos históricos e hizo perder US$ 80/100.000 millones a los accionistas.

18 enero, 2008

Merrill Lynch, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Lehman Brothers y Bear Stearns repartieron US$ 65.500 millones en salarios y aguinaldos a sus 186.000 empleados. Pero las bonificaciones a ejecutivos equivalen a US$ 39.000 millones, 8,3% sobre los 36.000 millones de 2006. Pero, ese año, el negocio había dado utilidades sin precedentes, cosa que no ocurre ahora.

El grupo de firmas neoyorquinas, cuya capitalización bursátil se redujo 25% en 2007, combina esa dispendiosidad con casi cinco mil despidos y enormes pérdidas asociadas a malas hipotecas e iliquidez financieras. Al menos una de las firmas, BS, parece a punto de ponerse en venta.

Merrill Lynch, la líder, acaba de declarar quebrantos por US$ 9.830 millones y depreciaciones contables por 16.700 millones. Esto eleva a US$ 10.200 millones el rojo del IV trimestre y reduce a 11.500 millones los réditos netos conjuntos para todo el año.

“Para muchos, esas remuneraciones extraordinarias son escandalos y hasta éticamente cuestionables”, coinciden Jeffrey Sachs –creador real de Davos, un foro hoy empalidecido- y Paul Krugman. Por el contrario, Jeanne Branthover, directora de Boyden Global Executive Search, las cree necesarias “para retener talentos”. A su vez, el financista George Sörös ve talento sólo para perder plata en apuestas equivocadas.

Las bonificaciones en este conjunto de firmas superan los productos brutos internos de Ceilán, Líbano, Bulgaria y casi toda África negra. Su promedio, US$ 219.200, cuadruplica el ingreso familiar promedio de los norteamericanos en 2006. Mientras tanto, accionistas e inversores del sector han sufridos en 2007 el peor año desde 2002. Los títulos de ML y BS, por ejemplo, se han licuado 40%.

Ello no obsta para que ML, la mayor, haya repartido casi US$ 16.000 millones en remuneraciones y bonificaciones. La insensatez de su directorio queda patente en un dato: los ingresos sumaron apenas US$ 11.300 millones. En lo tocante al conjunto, los réditos cayeron 13%, a US$ 110.000 millones, pero las remuneraciones ejecutivas subieron 8,7%.

Merrill Lynch, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Lehman Brothers y Bear Stearns repartieron US$ 65.500 millones en salarios y aguinaldos a sus 186.000 empleados. Pero las bonificaciones a ejecutivos equivalen a US$ 39.000 millones, 8,3% sobre los 36.000 millones de 2006. Pero, ese año, el negocio había dado utilidades sin precedentes, cosa que no ocurre ahora.

El grupo de firmas neoyorquinas, cuya capitalización bursátil se redujo 25% en 2007, combina esa dispendiosidad con casi cinco mil despidos y enormes pérdidas asociadas a malas hipotecas e iliquidez financieras. Al menos una de las firmas, BS, parece a punto de ponerse en venta.

Merrill Lynch, la líder, acaba de declarar quebrantos por US$ 9.830 millones y depreciaciones contables por 16.700 millones. Esto eleva a US$ 10.200 millones el rojo del IV trimestre y reduce a 11.500 millones los réditos netos conjuntos para todo el año.

“Para muchos, esas remuneraciones extraordinarias son escandalos y hasta éticamente cuestionables”, coinciden Jeffrey Sachs –creador real de Davos, un foro hoy empalidecido- y Paul Krugman. Por el contrario, Jeanne Branthover, directora de Boyden Global Executive Search, las cree necesarias “para retener talentos”. A su vez, el financista George Sörös ve talento sólo para perder plata en apuestas equivocadas.

Las bonificaciones en este conjunto de firmas superan los productos brutos internos de Ceilán, Líbano, Bulgaria y casi toda África negra. Su promedio, US$ 219.200, cuadruplica el ingreso familiar promedio de los norteamericanos en 2006. Mientras tanto, accionistas e inversores del sector han sufridos en 2007 el peor año desde 2002. Los títulos de ML y BS, por ejemplo, se han licuado 40%.

Ello no obsta para que ML, la mayor, haya repartido casi US$ 16.000 millones en remuneraciones y bonificaciones. La insensatez de su directorio queda patente en un dato: los ingresos sumaron apenas US$ 11.300 millones. En lo tocante al conjunto, los réditos cayeron 13%, a US$ 110.000 millones, pero las remuneraciones ejecutivas subieron 8,7%.

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