México: el mayor yacimiento petrolero continúa agotándose

Según la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), la mayor fuente nacional de crudos está secándose a mayor ritmo que el previsto en 2006. Ello aumenta temores sobre caída de producción en un futuro bastante próximo.

8 agosto, 2007

Por supuesto, estas perspectivas pueden afectar la oferta mundial de crudos y, lógicamente, los ingresos mexicanos, muy dependientes de hidrocarburos (33% de la recaudación). Los signos de agotamiento aparecen en el campo de Cantarell, no en pozos aislados, como suponen algunos medios norteamericanos.

Seis de cada diez barriles extraídos en México provienen de ese yacimiento. Su rinde ha bajado de 1.920.000 b/d en enero de 2006 a 1.680.000 en junio último; es decir, un alarmante margen de 12,5%. Así lo confirman estadísticas del ministerio de energía y combustibles. A principios de 2007, Pemex esperaba una media de 1.900.000 b/d este año, pero la realidad desvirtúa tanto optimismo.

Dicho de otro modo, Cantarell ha hecho reducir 4,3% la producción en el primer semestre. Entretanto, en julio pasado el Brent londinense rozaba su récord nominal (US$ 78,65 el barril, 1981) y los crudos tejanos dulces tocaban máximas de US$ 78. Aparte, esta declinación perjudica el programa de Estados Unidos para depender menos de Levante y Venezuela, pues México se cuenta entre los tres principales proveedores “fiables”.

Por supuesto, estas perspectivas pueden afectar la oferta mundial de crudos y, lógicamente, los ingresos mexicanos, muy dependientes de hidrocarburos (33% de la recaudación). Los signos de agotamiento aparecen en el campo de Cantarell, no en pozos aislados, como suponen algunos medios norteamericanos.

Seis de cada diez barriles extraídos en México provienen de ese yacimiento. Su rinde ha bajado de 1.920.000 b/d en enero de 2006 a 1.680.000 en junio último; es decir, un alarmante margen de 12,5%. Así lo confirman estadísticas del ministerio de energía y combustibles. A principios de 2007, Pemex esperaba una media de 1.900.000 b/d este año, pero la realidad desvirtúa tanto optimismo.

Dicho de otro modo, Cantarell ha hecho reducir 4,3% la producción en el primer semestre. Entretanto, en julio pasado el Brent londinense rozaba su récord nominal (US$ 78,65 el barril, 1981) y los crudos tejanos dulces tocaban máximas de US$ 78. Aparte, esta declinación perjudica el programa de Estados Unidos para depender menos de Levante y Venezuela, pues México se cuenta entre los tres principales proveedores “fiables”.

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